En la región conocida como Tierra Caliente, en la entidad federativa de Michoacán, grupos de jóvenes viven en constante riesgo de ser obligados, por cárteles del narcotráfico y organizaciones criminales, a realizar actividades ilícitas a cambio de un poco de dinero.
Son conocidos como los halcones: en su mayoría hombres, los capos y jefes de plaza les otorgan una motocicleta y un teléfono celular para que informen y reporten sobre la presencia y ubicación de militares y agentes policiacos.
“Primero trabajaba en los mangos con mi jefe; y ya después nos forzaron a trabajar en la mañana ahí con los de Zicuirán”, declaró Bryan a Imagen Televisión. El sujeto, quien dijo ser un informante del crimen organizado, afirmó que ayudaba a cuidar al “gobierno que entraba y salía”.
El medio entrevistón a cuatro hombres: Bryan, José de Jesús, Felipe, y AJ. Uno de ellos es menor de edad, mientras que el resto tiene entre 20 y 23 años.
Dos confesaron ser partícipes de una banda delictiva relacionada con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Los otros dijeron tener “mala suerte” por encontrarse en el lugar equivocado.
La entrevista fue realizada entre los municipios de Nuevo Urecho y Ario de Rosales. Los cuatro jóvenes estaban en una barricada de los civiles armados identificados como Pueblos Unidos.
Se mantenían en ese lugar después ser sorprendidos, presuntamente, con bombas molotov. También declararon que tenían las órdenes de lanzar los explosivos a los vehículos y a las personas conglomeradas en un bloqueo carretero.
“Herrera nos mandó a quemar carros a la pista el día de los bloqueos; a incendiarlos y aventarles bombas molotov…”, dijo uno de ellos, según Imagen Televisión.
De 21 años, Felipe trabaja dando mantenimiento en una huerta de aguacate. Por su parte, José de Jesús gana el dinero suficiente para no tener que unirse al crimen organizado. No obstante, vivir en la localidad de Lombardía lo colocó en medio de una banda acostumbrada a utilizar hombres jóvenes como carnada.
Él es un empleado de una empresa de mensajería. Asesinaron a un amigo suyo que era obligado a laborar para un cártel.
“Hace un año y medio que yo vine para acá, vine en año nuevo. Yo tenía un amigo que a él lo obligaron; y ahora que regresé, ya de planta, de hecho lo iba a llevar a trabajar a la paquetería, lo mataron. Lo obligaron a meterse y lo mataron…”, afirmó José de Jesús.
Los miembros de un grupo criminal basado en La Huacana son los señalados de obligar a jóvenes y adolescentes de la Tierra Caliente a formar parte de los grupos delictivos. Éstos también controlan los municipios de Gabriel Zamora y Múgica.
“¿A quién le informaba? Se le informaba a Herrera ¿Quién es él? Es el comandante de Lombardía ¿De qué grupo? Del grupo de Zicuirán ¿Usted sabe quiénes son los jefe de ese grupo? Many y Mosqueda ¿Y el jefe máximo de ellos? Migueladas”, confesó Bryan.
El menor de edad y los tres adultos jóvenes se rehúsan a regresar a Lombardía porque creen que tendrán uno de dos finales: o morirán o serán encarcelados.
“Ya no vive uno a gusto porque si regresa uno a de donde uno es, lo matan. Y si uno sigue así también lo matan”, dijo José de Jesús.
“Yo creo que no voy a ir en un rato, por la situación pues”, señaló Felipe. “Ya no regresar al pueblo por miedo de todos modos a que nos hagan algo. Pues es seguro: si uno regresa nos pueden matar”, dijo Bryan.
Tras una semana de preocupación, el medio confirmó que Bryan, AJ, José de Jesús, y Felipe se reencontraron con sus familias en una barricada de Pueblos Unidos.
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