Las colonias Roma y Juárez están unidas por una importante plaza pública y nodo urbano de la Ciudad de México que se ha vuelto un referente cultural, social y punto de encuentro: la Glorieta de Insurgentes. Se ubica en el cruce que se forma entre las Avenidas Chapultepec e Insurgentes y en ella desembocan la Avenida Oaxaca, así como las calles Jalapa y Génova.
Fue inaugurada en el año de 1969 como parte de las obras de la línea 1 del metro y fue la primera en su tipo en la Ciudad de México. El principal promotor de la construcción del metro fue el ingeniero Bernardo Quintana. El símbolo de la estación del metro Insurgentes es una campana. Esta representa la campana de Dolores, con la cual, el padre de la patria, el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, llamó a revelarse contra el gobierno español en 1810.
Por esto, es el símbolo de los Insurgentes, palabra que significa sublevado contra la autoridad, quienes lucharon por la Independencia de México. Se trató de una reformulación de un proyecto anterior pensado por Mario Pani, para el cruce de Reforma e Insurgentes, que nunca se llevó a cabo.
Cuando comenzó a construirse el metro, el cruce de las avenidas Insurgentes y Chapultepec era un espacio despejado. En este, circulaban pocos automóviles y un tranvía, también se podía observar la estatua a Cuauhtémoc, la cual se tuvo que mover a unos metros, y ubicarse en el Paseo de la Reforma, lugar en el que hasta la fecha puede verse. En cuanto a las casas que había de la época porfiriana, fueron demolidas y las zonas arboladas retiradas.
También se encontraba el importante Cine Insurgentes, el cual se construyó en los años treintas, y originalmente tenía una vistosa fachada con una estructura cilíndrica rematada en una cúpula. La circunferencia trazada daría cabida a la estación Insurgentes, lo que obligó a derribar casas, retirar los árboles y crear un desnivel.
Durante los Juegos Olímpicos de 1968, se instalaron puentes provisionales sobre la construcción para dar la bienvenida a los atletas olímpicos, y se llevó a cabo la demolición parcial del cine Insurgentes para adecuarlo al nuevo trazo.
Los jóvenes de los años setentas, tomaron la Glorieta como punto de reunión. En poco tiempo, cafés, discotecas, restaurantes y algunos otros negocios se habían apropiado del lugar, y pasó de ser un sitio de tránsito hacia la Zona Rosa y el Paseo de la Reforma, a una zona con vida propia que atraía a los jóvenes de todos los rincones de la Ciudad de México.
“Mariachis, rock, minifaldas, maxis, pantalones, rubias, morenas, jóvenes, señoras, tacos, copas, cafés, posters, discos, dulces, muñecos y el Metro, se unen en un gran círculo para dar alegría y muchas maneras de pasarla padrísimo” se podía leer en la publicidad alusiva a la famosa glorieta en aquella época.
Ahí se encontraban los bares Los Insurgentes y la Hostería del Quijote, famosos lugares entre quienes frecuentaban la zona.
Además de la cercanía con la Zona Rosa, otro atractivo de la Glorieta de los Insurgentes fue el Cinema Insurgentes 70, que se inauguró en septiembre de 1969, ocupando el antiguo Cine Insurgentes, el cual fue totalmente remodelado, dándole una aspecto más moderno.
Con el paso de los años, y hasta la fecha, se convirtió en uno de los puntos de encuentro más importantes de la capital, tanto por su funcionalidad, su arquitectura y su conexión con el metro. Para 1990, la famosa Glorieta sirvió como escenario de la película de ciencia ficción Total Recall, protagonizada por el famoso actor y exgobernador del estado de California en los Estados Unidos, Arnold Schwarzenegger.
En 2017 se remodeló el lugar, haciéndolo todavía más vivo, dinámico y diverso.
SEGUIR LEYENDO: