Este domingo 13 de junio se celebra el Día de San Antonio de Padua, santo católico al que se asocia con múltiples creencias y ritos, como aquella leyenda popular en la que se considera que volteando la estatuilla de cabeza se conseguirán pretendientes.
Según lo indica la tradición, toda persona que busca un amor deberá colocar la imagen de San Antonio con los pies hacia arriba. Aunado a esto, quienes desean obtener el favor de este necesitan recibir 13 monedas regaladas de amigos o conocidos y posteriormente ofrendárselas al santo.
Sin embargo, de acuerdo con la revista Desde la fe, existen tres principales razones por las que no se debe poner de cabeza. En primer lugar, indica que dicha práctica raya en la superstición y “condiciona la gracia de Dios y la intercesión de los santos”.
Aunado a esto, aclaran que San Antonio de Padua no puede ser “martirizado” y no sufre porque es un santo. En el mismo sentido, su imagen tampoco lo hace, puesto que es una figura.
Por último, el medio religioso señala que la iglesia considera una “falta de respeto” colocar la imagen de un santo de cabeza, ya que este merece “veneración”.
Quién es San Antonio de Padua
Su nombre de pila fue Fernando de Bulloés y nació en Lisboa, Portugal en el año 1195. Al cumplir 15 años ingresó al al convento agustino de San Vicente, fuera de las murallas de la ciudad. Tiempo después hizo amistad con un grupo de franciscanos y se interesó en su estilo de vida, queriendo imitar a San Francisco.
A los 27 años se convirtió en franciscano tomando el nombre de Antonio en honor a San Antonio Abad. Su estancia en Marruecos se vio interrumpida por una enfermedad, razón por la que tuvo que volver a Europa. Se dirigía a España cuando su nave encalló en Sicilia (Italia), por lo que terminó integrándose a los monasterios de Italia y Francia, en donde, “por su preparación teológica y dotes oratorios ayudó a contrarrestar las herejías de su tiempo”, señala la revista católica.
Se dice que poseía las cualidades de un buen predicador, tales como “ciencia, elocuencia, un formidable poder para conmover, gran deseo de salvar las almas y una voz sonora y agradable”. Aunado a esto, su personalidad “extraordinariamente atractiva”, lo ayudó a convocar a masas, quienes acudían a donde fuera a escucharlo.
“Bastaba con que empezara a predicar para que los pecadores comenzaran a conmoverse y los indiferentes a entusiasmarse”
De 1227 a 1230 fue provincial de la Romaña, al sur de Italia. Luego fue enviado a la ciudad universitaria de Padua, donde fijó su residencia. Allí consiguió los mejores frutos de sus sermones y adquirió gran fama.
Entre sus aportaciones a la religión, San Antonio escribió un Sermonario, guía para la predicación con fondo litúrgico. Además, dirigió su Orden y un año después de su muerte, el 13 de junio de 1232, fue canonizado por el Papa Gregorio IX y pío XII lo proclamó Doctor de la Iglesia (6 de enero de 1946) por las frecuentes citas bíblicas que hace en su escritos.
“Los numerosos milagros ocurridos por su intercesión han hecho que se le llame ‘El Taumaturgo’ o simplemente ‘El Santo’”
Ataviado con el hábito franciscano y con el Niño Jesús en brazos, San Antonio es el patrón de Portugal, de la ciudad de Padua, en donde yacen sus reliquias.
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