El estado de Sonora vivió uno de sus días más violentos tras la detención de Jesús Humberto Limón López, el Chubeto. En menos de 24 horas, entre el viernes y el sábado, se registraron diversas balaceras y enfrentamientos.
Los tiroteos en la comunidad Altar, territorio dominado por el Cártel de Sinaloa, se intensificaron horas previas al fin de semana, durante un operativo para la detención del Chubeto, en el que integrantes del crimen organizado se enfrentaron con elementos de las fuerzas armadas.
De acuerdo con los reportes, el cabecilla criminal, que dirige la célula delictiva llamado Los Cazadores, vinculada a Los Chapitos, hijos de Joaquín el Chapo Guzmán, fue detenido junto con sus lugartenientes Judas René Luna Valenzuela, el Chapo Luna y Martín Enrique Ochoa García, el Chapo Megan.
Los Cazadores coordinan para el Cártel de Sinaloa las operaciones de trasiego de marihuana, cocaína, heroína, crystal y fentanilo, armas y migrantes en la región de Altar, en Sonora.
De acuerdo con las autoridades, el Chubeto es identificado como uno de los principales generadores de violencia en la entidad, además de ser autor intelectual de varios asesinatos ocurridos por la disputa con Los Gigios, una célula afín al capo Ismael el Mayo Zambada García, y Los Páez, vinculada a Rafael Caro Quintero, el Narco de narcos.
En Sonora, los elementos de seguridad también han identificado al grupo criminal de Los Rumas, liderado por Luis Abel Gaxiola Ochoa, el Costeño, y apoyado por el Chubeto.
El objetivo prioritario de Sonora armaba sus huestes con personas reclutadas en Centroamérica.
La sicosis, alimentada a través de las redes sociales con videos donde se alertaba de la presencia de criminales, se apoderó de los sonorenses.
Sonora (al norte de México) es señalado como bastión del grupo criminal Los Salazar, Este brazo armado del Cártel de Sinaloa anunció su llegada al mundo del hampa de México en 2005, cuando a lo largo de Sonora y Chihuahua recrudeció la violencia. Sus miembros se involucraron en la siembra, producción y trasiego de droga hacia Arizona, Estados Unidos.
El cártel fue encabezado por Adán Salazar Zamorano, alias Don Adán, quien fue uno de los operadores y lugartenientes de Joaquín el Chapo Guzmán.
Las actividades delictivas de Don Adán y la de sus hijo, Jesús Alfredo el Muñeco y Adán el Indio Salazar, obligaron al desplazamiento forzados de 1,200 personas en el municipio de Sonoyta, Sonora, y de unas 300 familias en Las Chinacas, en Chínipa, en 2015.
Años más tarde, el liderazgo recayó sobre José Crispín Salazar Zamorano, hermano de Don Adán, quien se asoció con Los Chapitos y fue el principal señalado como presunto responsable del asesinato de la periodista Miroslava Breach en 2017, al ordenar su ejecución por los constantes señalamientos hechos en sus reportajes.
También se les vincula con la desaparición en 2005 del reportero local Alfredo Jiménez Mota, mismo que habría realizado diversos productos periodísticos donde evidenciaba la participación de Los Salazar en el narcotráfico y en su tráfico de influencias con el gobierno de Sonora.
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