Adrián Garza Torres, mejor conocido como El Rambo, miembro de la organización criminal de Los Zetas, fue condenado a 54 años de prisión por una sentencia obtenida por el Ministerio Público Federal (MPF).
A través de la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) y la Fiscalía Especializada de Control Regional (FECOR), la Fiscalía General de la República (FGR), El Rambo fue declarado culpable por su responsabilidad en los delitos de secuestro y delincuencia organizada.
“De acuerdo con la investigación, Adrián ‘G’ formaba parte de una organización criminal dedicada a cometer secuestros de alumnas de una Universidad en Tamaulipas; por lo que en 2010 se cumplimentó orden de aprehensión y se dictó auto de formal prisión en contra del ahora sentenciado por el secuestro de siete personas”, informó la dependencia en un comunicado.
Ante un Juzgado de Distrito de Procesos Penales Federales, la Fiscalía presentó las pruebas suficientes para dictar la sentencia condenatoria de 54 años de prisión, la reparación del daño para los siete casos de secuestro, y una multa de 209,400 pesos.
En mayo, la FGR obtuvo sentencia condenatoria de 28 años contra Marcial Garay, El Puma, por diversos delitos como operador de Los Zetas en Oaxaca.
De acuerdo con los reportes, El Puma fue encontrado responsable por ilícitos de delincuencia organizada, pues estuvo vinculado con acciones de narcotráfico y secuestro.
Este sujeto privó de la libertad a una mujer, quien supuestamente vendía droga para un grupo delincuencial contrario a Los Zetas en la entidad oaxaqueña. Esta última facción se disputaba el mercado de narcóticos contra el llamado cártel de la última letra.
Fue a través de la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo de Oaxaca que la FGR acreditó la participación del Puma y aportó pruebas necesarias en la causa.
Los Zetas eran conformados por unos 300 hombres que, en conjunto, representaban el brazo armado del Cártel del Golfo. Esta última facción disputaba territorio al Cártel de Sinaloa cuando Felipe Calderón comenzaba su mandato.
En ese entonces, el Cártel del Golfo era comandado por Jorge Eduardo Sánchez Costilla, el Coss, quien asumió tras la captura de Osiel Cárdenas Guillén. Los operadores: Heriberto Lazcano Lazcano, Jaime González Durán, El Hummer, Héctor Manuel Sauceda Gamboa, El Karis, Sergio Castillo Ortiz, El Checo, y Julio César Rosales Mendoza. Aunque también dirigían los hermanos Mario y Ezequiel Cárdenas Guillén.
La facción que fundara Juan García Ábrego comenzó un distanciamiento con Los Zetas desde 2007, tras la extradición de Osiel Cárdenas Guillén, El Mata Amigos. Hasta 2010, año de la ruptura definitiva, un análisis de Insight Crime ubicó que los liderados por Lazcano Lazcano tenían presencia en 405 municipios de México.
Los Zetas afianzaron su poderío criminal mediante el terror y actos de violencia despiadada que hasta entonces no se había visto en México.
Integrada originalmente por 31 desertores del Ejército, la agrupación tomaba control del territorio al estilo militar. Aunado a ello se equiparon con armas y comunicaciones de última tecnología; también empleaban inteligencia y disciplina de las Fuerzas Armadas para ejecutar sus operaciones.
Al mismo tiempo que Los Zetas mantenían una disputa interna contra el Cártel del Golfo por las plazas de Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, en Tamaulipas, como en Monterrey, Nuevo León; también hacían frente al Cártel de Sinaloa, aliados con Los Beltrán Leyva.
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