A 50 años de la Matanza del Jueves de Corpus Cristi, también conocida como el halconazo, el presidente, Andrés Manuel López Obrador envío sus condolencias a los familiares de las víctimas de aquella represión cometida durante el sexenio de expresidente, Luis Echeverría.
“Nosotros queremos enviarle un abrazo a todos los familiares de las víctimas de la represión en este día, 10 de junio, a 50 años del halconazo y de la represión.”, compartió.
Asimismo, el mandatario ofreció disculpas por los hechos y se comprometió a que no se repterián este tipo de represiones en contra de manifestantes en México.
“Ofrecer en mi carácter de representante del estado mexicano, una sincera disculpa; un sincero perdón. Y el compromiso de la no repetición, de que nunca más se reprima a quienes protestan; a quienes luchan por las transformaciones, por los cambios; a quienes no están de acuerdo con el gobierno.”, agregó.
¿Que pasó el 10 de junio de 1971?
A finales de 1970, el presupuesto de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) fue reducido por el gobierno estatal a modo de reprimenda por la decisión de profesores y estudiantes de imponer un gobierno paritario. Ante el ataque, la comunidad universitaria inició una huelga y emitieron un llamado de solidaridad al resto de universidades del país.
Es así que Estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) respondieron al llamado y convocaron a una concentración que salió a manifestarse en solidaridad con los alumnos de la UANL, el 10 de junio de 1971.
Para esa fecha, habían pasado sólo dos años y ocho meses de la masacre de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, cuando miles de estudiantes fueron asesinados en la explanada de Tlatelolco, en vísperas de la inauguración las Olimpiadas de 1968, que se celebrarían en México.
Es así que la manifestación de 1971 sería la primera protesta estudiantil que se realizó tras los acontecimientos de 1968. Cabe resalta que para esa fecha, Luis Echeverría Álvarez, entonces presidente, había anunciado una apertura democrática que permitió el regreso al país de jóvenes dirigentes estudiantiles del movimiento de 1968 orillados al exilio para proteger sus vidas.
La marcha, que aglutinó a cerca de 10 mil personas según las crónicas de la época, comenzó en el Casco de Santo Tomás y recorrería las avenidas Carpio y de los Maestros para salir a la Calzada México-Tacuba para dirigirse al Zócalo capitalino.
Sin embargo, granaderos y agentes policiacos impidieron el paso de los estudiantes con tanques antimotines junto con transportes del ejército. Fue así que un grupo de choque entrenado, conocido como Los Halcones, descargó balas calibre 45 y carabinas 30 M-2 sobre los manifestantes.
Los paramilitares venían armados con varas de bambú, palos de kendo y porras, y en un principio fueron fácilmente repelidos por los estudiantes. En un contraataque, los Halcones agredieron a los manifestantes una vez más, ahora no sólo con sus garrotes, sino con armas de fuego. Los estudiantes, por su parte, intentaron inútilmente esconderse de los jóvenes armados. La policía no intervino y fue simple espectadora.
No obstante, la matanza no terminó con la disolución de la concentración, sino que continuaría hasta horas después, en los hospitales de la Cruz Verde y el Rubén Leñero a donde habían trasladado a algunos de los heridos. Intimidando a doctores y enfermeras, hombres armados ingresaron a las salas de urgencias en donde los jóvenes eran atendidos y los asesinaron.
Hubo por lo menos, 120 muertos
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