Las elecciones recién celebradas el pasado 6 de junio fueron claves para la administración del presidente, Andrés Manuel López Obrador, ya que definiría el rumbo que tomaría su proyecto de Gobierno popularmente conocido como la Cuarta Transformación (4T).
Sin embargo, ante algunos escenarios desfavorables que obtuvo Movimiento Regeneración Nacional (Morena), partido del mandatario, el periodista mexicano, Carlos Loret de Mola, aseguró que estos resultados también sacudieron “el tablero de la sucesión presidencial” que ya vendría desmoronándose desde mayo.
“En términos del 2024, para el presidente López Obrador y su partido han sido semanas duras: entre mayo y junio, sus dos presidenciables favoritos quedaron severamente heridos”, escribió en su columna de opinión, refiriéndose a Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), y Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Esto comenzó a raíz del desplome del tramo de la Línea 12 del Metro, cuando ambos funcionarios “sufrieron duros descalabros”, en especial, señaló, el canciller Ebrard debido a las sospechas de corrupción que han acompañado a esa obra, las cuales lo han marcado desde su administración al frente de la capital.
Por su parte, el columnista señaló que, en contraste, Claudia Sheinbaum sí tuvo posibilidad de “zafarse del problema”, la cual sería sería “culpar a Marcelo”. Sin embargo, lo que frenaría el rumbo a una posible candidatura presidencial es “la derrota brutal de este domingo en la Ciudad de México”.
“La caída de Morena en la capital tiene que ver más con un voto de castigo a López Obrador que a Sheinbaum, pero aún así, ella era la encargada política de operar la elección y rendirle buenas cuentas a su jefe. Fracasó.”, afirmó.
A ello, agregó que el único que salió fortalecido de su partido fue Ricardo Monreal - “el mal necesario” de López Obrador - luego que su hermano, David Monreal Ávila, aventajara en los preliminares por la gubernatura de Zacatecas y que su favorita, Sandra Cuevas Nieves, ganara la alcaldía de Cuauhtémoc desde la oposición.
“López Obrador siempre ha obstaculizado a Monreal. Le da trato de ‘mal necesario’. Pues el mal necesario quedó mejor parado que su heredera y su colaborador de confianza.”, expresó.
No obstante, a pesar del jaque mate que las elecciones pusieron a López Obrador, “en los demás partidos no parece haber figuras relevantes”.
Por un lado, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) sólo tendría a dos opciones: Alejandrito “Alito” Moreno, contendiente por la gubernatura de Zacatecas, o Alfredo del Mazo, actual gobernador del Estado de México. Sin embargo, el primero está obligado a ganar la actual contienda ya que “es casi una regla escrita de los priistas que tienes que ganar tu estado antes de pensar en una candidatura presidencial”.
De lo contrario, explica Loret, podría reconfigurarse en la bancada de la cámara de diputados, pero, aún así, tendría “viento en contra” frente a Del Mazo quien “entregó buenas cuentas el domingo” y aún “tiene en juego su propia sucesión en el 2023, condición necesaria, aunque no suficiente, si quiere aspirar a la candidatura presidencial”.
Por el otro, Ricardo Anaya vislumbra como la opción más viable de Acción Nacional (PAN) ya que, aunque no contendió en las actuales elecciones e intentó sin mucho éxito mantenerse en la discusión política, ningún panista “ha manifestado con empuje y ahínco su aspiración presidencial”, a pesar que algunos rindieron adecuadamente en los comicios.
Para Movimiento Ciudadano (MC), dijo, sólo estaría Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, sin embargo, Loret recalcó que el partido no demostró tener presencia nacional, a pesar de haber conseguido la gubernatura de Nuevo León con Samuel García - quien, en lugar de aliado, figuraría como rival.
“Aunque a Alfaro le fue bien en Jalisco, no se le considera ‘el’ padre de la victoria de Samuel García en Nuevo León. Dentro del partido, más bien le nacieron posibles rivales.”, agregó.
En tanto, “Del Verde, PRD y PT solo es esperable ver a quién se le juntan”.
“Lo que queda, entonces, es esperar. A ver si alguien repunta, a ver si algún tumbado se levanta de la lona, o a que surjan nuevas figuras entre los gobernadores o legisladores, nuevos o en funciones. Al cabo que todavía faltan tres años.“, concluyó.
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