Repudiamos los asesinatos de los líderes sociales.
J. Ascensión Carrillo Vázquez, líder de la lucha de los ejidatarios de Cedros contra la poderosa minera canadiense americana Gold Corp, filial de Newmont, fue asesinado y nos dirá la Fiscalía de Zacatecas y la Fiscalía General de la República que llegarán hasta las últimas consecuencias.
Nos dirán que las investigaciones no se detendrán hasta dar justicia a las familias y al ejido, pero sabemos que si los habitantes de Mazapil, el Frente Popular de Lucha de Zacatecas, los organismos de Derechos Humanos no alzamos la voz, la muerte de Don Chon se olvidará y se perderá en la burocracia de la ley.
La experiencia nos dice que enfrentar al dinero y al poder es un asunto peligroso, y más si nos enfrentamos a la mina de oro más grande de América. Ella, la mina, ha provocado un ecocidio en la zona, ha acabado con el agua del ejido, depredado manantiales y tierra fértil, destruye las casas de los pueblos, envenena a los animales, a las cosechas. Contamina el aire, el agua, la tierra y siembra la muerte en cada habitante.
Contra ello se enfrentó Don Chon y muchos más pobladores de las tierras aniquiladas por la ambición de la mina.
Ascensión Carrillo y otros 8 fueron levantados y asesinados porque dieron la cara para defender la tierra que les heredaron sus padres y los padres de sus padres. Nos queda claro que hay una clara culpabilidad de las autoridades del gobierno del estado y del gobierno federal, que en complicidad con esta minera, ha hecho uso del crimen organizado para reprimir las luchas sociales.
No guardaremos silencio, porque exigir nuestros derechos no puede ser sinónimo de suicidio. Luchamos por nuestro derecho a existir y no ser exterminados por el poder y por los más ricos. Queremos justicia y lucharemos por ella.
Alzamos la voz contra la delincuencia que roba y depreda la tierra para exprimir la riqueza de pueblos que se sumen en una ofensiva pobreza. Estamos hartos de saber que nuestras vidas valen menos que los intereses de unos cuantos.
Luchamos porque los asesinos de Ascensión Carrillo estén muchos años en la cárcel. Queremos a las minas extranjeras fuera del país. No podemos aceptar que el 13.5% del territorio mexicano ha sido concesionado a empresas mineras y vastas extensiones del Golfo de México se encuentran en manos de compañías que buscan extraer hidrocarburos.
Luchamos por nuestro derecho a no volver a enterrar a otra de nuestras compañeras u otro compañero más porque se atrevió a defender su derecho a una vida digna.
El derecho a la vida es el derecho supremo y no permitiremos que el gobierno de Zacatecas y la fiscalía del estado y la fiscalía federal, archiven la vida de Ascensión Carrillo para sumirla en el olvido, daremos la batalla por honrar su lucha y la de muchos más para hacer que la minera deje de depredar el suelo zacatecano, para que ella asuma y repare los daños provocados en la vida y propiedades de los ejidatarios.
Queremos justicia y la obtendremos. La justicia no se mendiga, se exige y se toma.
No al silencio, no al olvido, no al ecocidio en Zacatecas.
La lucha no se detendrá. Haremos justicia, aún a pesar de la resistencia y complicidad del Gobierno estatal, federal y Peñasquito.
*Senador de la República por el Estado de Zacatecas, en representación del partido Morena
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