María de los Ángeles Félix Güereña, mejor conocida simplemente como María Félix, fue una actriz que se volvió, sin duda alguna, en un ícono de la mejor época del cine en nuestro país: la época del Cine de Oro mexicano.
La actriz estelarizó más de 45 películas, tuvo cuatro matrimonios a lo largo de su vida, tenía un carácter y personalidad fuertes, que hicieron que ganara su apodo, además de una belleza inigualable, que hicieron que triunfara en la pantalla grande.
Estas características fueron factores determinantes para que la vida privada de María Félix pronto se volviera pública. La Doña, debido a su participación en la pantalla grande y su relación con las figuras más importantes de su época, logró tener una gran fortuna, y esto la llevó a tener varias propiedades: una en Cuernavaca, Morelos; otra en Polanco, Ciudad de México, e incluso, una más en París, Francia.
Esta última fue, quizá, la más lujosa de ellas, pues tenía importantes elementos que la hacían destacar de las demás. María Félix fue una actriz que en vida causó polémica, pues fue la primera en atreverse a aparecer desnuda en una escena de cine.
En una ocasión, La Doña le abrió las puertas de su casa de Polanco al prestigiado periodista mexicano Vicente Leñero. En televisión, también permitió que se mostrara su hogar de Cuernavaca. Para la revista Life, se dejó fotografiar con su hijo Enrique Álvarez Félix. En algunas ocasiones llegó a declarar “yo soy mi casa”, haciendo alusión a que su imagen, conocida en público, había permeado hasta las paredes de las habitaciones de su hogar.
La famosa actriz era fanática de las antigüedades, del Siglo XVIII, del arte, la pintura y la porcelana, y eso podía notarse en el interior de su casa de Polanco.
¿Cómo era por dentro?
La mansión de La Doña, ubicada en la calle de Hegel #610, fue construida en 1956, justo cuando María Félix contrajo matrimonio con Alexander Berger, un banquero francés millonario, en un terreno de 400 metros cuadrados. El diseño arquitectónico, que fue atribuido al arquitecto Mario Pani, aunque este dato no ha sido corroborado, no fue lo más destacado, pues al entrar en el recinto, se cuenta que las personas se maravillaban por todos los detalles, las piezas de arte y el lujo con el que vivía la actriz, además de la extravagancia que se podía encontrar al interior de la mansión.
Un claro ejemplo de esto era el dormitorio, que tenía una cama en plata hecha por el famoso muralista mexicano Diego Rivera, y tapicería de seda. En el baño destacaba una tina, pues era una pieza antigua en forma de concha de mármol de carrara. Otros elementos del sanitario de la mansión, eran un grifo y piletas de oro, así como piezas de porcelana de Jacob Petit.
En la planta baja había un amplio recibidor que estuvo decorado con los diversos cuadros de la actriz, pintados tanto por artistas nacionales como internacionales.
Hacia la década de los 60´s, Vicente Leñero publicó una entrevista hecha a La Doña, en donde mencionó que en cada pared del hogar había cuadros de Félix, pintados por Leonora Carrington, Leonor Fini y Diego Rivera.
“Cuadros de María en ésta y en aquella otra pared. María pintada por Leonora Carrington en un tríptico milagroso. María amazona y María con una serpiente enrollada al brazo izquierdo por Leonor Fini. María con un corazón de llamas ardiendo según Sofía Bassi. Una madre mexicana enrebozada (Diego Rivera 1948) amamanta a su hijo en la pared principal de la sala ¿también María?... y un poco más allá, en el comedor provenzal, los pinceles de 1964 de Lepri transformaron a María en ave, en mariposa, en pistilo vegetal que se asoma a un jardín alucinante”, describió el periodista.
Ante la muerte de la actriz, en 2002 debido a una insuficiencia cardiaca mientras dormía, el inmueble fue heredado a su asistente Luis Martínez de Anda, quien en 2012 lo vendió para ser demolido y construir un desarrollo de departamentos, que actualmente ocupan el espacio.
En referencia a los valiosos objetos que adornaban el lujoso hogar, muchos de ellos fueron subastados en 2007 por la casa Christie´s en un total de 7.3 millones de dólares. En aquella puja se incluyeron más de 600 lotes, en los que había muebles, obras de arte, colecciones de porcelana, ropa de alta costura, y diversas joyas, que en algún momento, adornaron el cuerpo de la actriz.
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