Reforma electoral no debe eliminar al INE ni al Tribunal Electoral: Ricardo Monreal

Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Morena, el partido en el poder, y uno de los principales impulsores de una reforma electoral tras las elecciones intermedias del país el próximo 6 de junio, aseguró que es parte del grupo de los que piensan que el INE (Instituto Nacional Electoral) y el TEPJF (Tribunal Federal del Poder Judicial de la Federación) no deben desaparecer.

“Yo no soy de los que piensa que debemos desaparecer ni el INE ni el TRIFE. Yo soy de los que piensa que es un proceso gradual y que debemos ir reformando los órganos, porque actualmente han abusado, han actuado arbitrariamente y han exacerbado y extralimitado sus funciones”, expresó este jueves.

El senador habló sobre la reforma electoral durante la presentación de su libro “Nulidades y procedimientos sancionadores en materia electoral”, en Tepic, Nayarit, donde adelantó que para el perfeccionamiento de cualquier regulación es necesario observar el funcionamiento de las instituciones.

El coordinador parlamentario de Morena adelantó que se ya prepara un proyecto que consiste, fundamentalmente, en reducir el costo de los órganos electorales, pues sólo para la organización del proceso electoral de este año –los comicios más grandes en la historia del país– se gastarán más de 40,000 millones de pesos.

Monreal dijo que también se revisará el funcionamiento y facultades del Instituto Nacional Electoral y de los Organismos Públicos Locales de los estados, así como de las salas regionales en materia electoral. Además, se analiza la posibilidad de incorporar la urna y el voto electrónicos a través de plataforma confiables, pero también disposiciones para sujetar al INE y al TEPJF bajo la estricta observancia de la ley.

Desde Tepic, el senador señaló que los procedimientos sancionadores son instrumentos jurídicos que permiten mantener la gobernabilidad democrática de un país. Monreal comentó que este tema no ha pasado desapercibido para el Congreso de la Unión, por lo que decidió elevar el uso de programas sociales con fines electorales a la categoría de delitos graves, de tal manera que las personas que cometan conductas de esta envergadura no tienen la posibilidad de estar en libertad bajo caución.

Ello, agregó, es relevante porque la justicia electoral no se agota con los pronunciamientos del Tribunal Electoral. “No basta con que éste declare nula la voluntad de determinada casilla, sino que debe haber consecuencias penales para los responsables”, remarcó.

Asimismo, mencionó que muchas de las conductas que dan lugar a un delito electoral, son causas específicas de la nulidad de una elección o motivo de un procedimiento sancionador electoral. “Pero no hay que dejar de lado que las regulaciones son distintas, los órganos competentes diversos y las consecuencias jurídicas también son diferentes”, completó.

Bajo esta consideración académica, el coordinador del grupo parlamentario de Morena dijo que es claro que la interpretación que hace la Sala Superior de las normas sujetas a su conocimiento no es mecánicamente aplicable a leyes penales y delitos. “Ello sin importar que algunos consejeros intenten generar problemas”, expresó.

Opinó que estos problemas no pueden considerarse ajenos al devenir histórico que ha experimentado el país. “Son reflejo, agregó, de una multitud de reformas y de un proceso continuo de perfeccionamiento democrático, producto de los reclamos de justicia electoral”, indicó.

Por otra parte, el senador afirmó que México atraviesa uno de los momentos más lúcidos de su historia, el cual no debe alarmar, pues se trata de un proceso de transformación. Indicó que aún hay resistencias hacia el cambio de régimen; sin embargo, esas expresiones son respetadas.

Los procesos de transformación, puntualizó, suelen durar décadas y cuestan vidas, lo cual no ha ocurrido en nuestro país, ya que se está desarrollando una transición pacífica y electoral. Monreal subrayó que estamos ante una elección en la que los ciudadanos deberán reflexionar seriamente el sentido de su voto, es decir, si respalda las políticas públicas, la transformación de las instituciones y el cambio verdadero, o bien, permite el regreso de la corrupción, los privilegios y la descomposición social.

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