¿Usted podría identificar a un asesino o feminicida serial? La criminóloga y psicóloga, Mónica Ramírez Cano, quien posee amplia experiencia en analizar a los delincuentes más peligrosos de México como Joaquín “El Chapo” Guzmán, o Juana Barraza “La mataviejitas”, explica en Infobae México los focos rojos y la complejidad qué hay en sus mentes, ya que se ocultan tras su bien construida “máscara de la cordura”.
La realidad es que están muy alejados de los estereotipos que vemos en las películas, no son precisamente antisociales, groseros o violentos (al menos en público), si bien podrían poseer algunas de éstas características, no son simples “monstruos”, también poseen su lado humano, incluso generoso o proactivo.
“La violencia serial, a la que yo me dedico, incluye asesinos seriales, feminicidas seriales, pedófilos, violadores seriales, caníbales, acosadores, los incendiarios que son diferentes de los pirómanos, estos últimos tienen fascinación por el fuego en todas su formas, pero el incendiario no por el fuego en sí, que es sólo es un medio, sino por el terror que genera en sus víctimas, sádicos, con parafilias o desviaciones sexuales. En los pacientes sádicos donde se encontró que se repetían estas tres características que son el crueldad contra los animales y la provocación de incendios, aunque no es una triada general de psicopatía”, explicó la experta.
Detalló que se pueden clasificar por la motivación, por el método de aproximación a la víctima, los hay de oportunidad o los que buscan un perfil específico de víctima, entre otros criterios. Según la clasificación del FBI los agrupa en los organizados, lo desorganizados y los mixtos.
Los organizados son los que han venido fantaseando en cometer un asesinato desde su juventud, además tienen elementos en su fantasía que son lo que recrean en la realidad, por eso escogen a cierto tipo. Llevan generalmente armas a la misión del crimen, eligen con cuidado el contexto, se requiere cierto grado de inteligencia, ya sea promedio o un poco superior al promedio.
Luego vienen los desorganizados que son los que aprovechan las víctimas de oportunidad, que encuentran un momento adecuado y lo utilizan, usan como armas lo que encuentren a la mano.
Los asesinos seriales mixtos usan ambas características.
“Los asesinos seriales generalmente empiezan a actuar a cometer sus crímenes entre los 25 y 35 años, imagínate cuánto tiempo tiene Andrés (“N”, el feminicida serial de Atizapán de Zaragoza) asesinando, claro que hay algunas excepciones, alguien puede comenzar a los 40, etcétera”, estimó.
La psicóloga, quien cuenta con gran experiencia en analizar a reos, detalla que el origen de los asesinos seriales es progresivo, es decir no se despiertan un día decidiendo matar, sino que empiezan a cometer delitos menores, robo, vandalismo, tentativa de violación, ya el abuso sexual o la violación.
“Quizá no se encuentran antecedentes penales en ellos porque sabemos que en México, en las comunidades de tratamiento de jóvenes y adolescentes en contacto con la ley, los archivos de destruyen para evitar que se etiquete porque se considera violatorio de los derechos humanos, no quiere decir que no los tengan sino que se pudieran haber borrar”, señaló.
“No siempre pensamos en que el vecino puede ser un asesino serial, solemos pensar en la bondad de los demás, si te encuentras a alguien que te pide ayuda y se la brindas, preferimos confiar en el otro para no vernos en esa bochornosa de andar desconfiando de alguien por su comportamiento, pero si prestamos atención siempre hay focos rojos que si los ubicamos podemos prevenir muchas tragedias”, añadió.
La profesional de la mente humana y criminal explica que si observamos bien podemos observar focos rojos en algunas personas que harán sospechar que algo no anda bien.
“Siempre hay lago que no nos cuadra, más allá de los focos rojos que yo te pueda enumerar, en el caso de Andrés (`N´ feminicida serial de Atizapán de Zaragoza), él como la mayoría, se montan una fachada de aparente normalidad, muy proactiva en su caso. En el árgot le llamamos la máscara de la cordura, son dos caras de una moneda que coexitisten en una misma persona, por una parte algunos la utilizan y la arman de manera de estrategia, otros con razgos auténticos, yo no dudo que de verdad a este feminicida le gustara recibir dinero para darles a los niños o personas sin recursos, pero justamente se tienen que construir esta fachada para moverse en un medio social donde puede captar un mayor número de víctimas”.
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