Este martes la Administración Federal de Aviación estadounidense confirmó que México fue rebajado de categoría 1 a 2 en el rubro de seguridad aérea. Es decir, Estados Unidos considera que su vecino del sur no cumple con los estándares de seguridad establecidos por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Por dar una idea, México entró así a un club de naciones en el que se encuentran Venezuela, Pakistán, Curacao, Ghana, Tailandia, Malasia o Bangladesh, países que no proporcionan supervisión de seguridad de sus operadores de transportistas aéreos de acuerdo con los estándares mínimos.
Para algunos esta decisión de Estados Unidos va más allá del incumplimiento de las medidas de seguridad aérea. Por ejemplo, el empresario Simón Levy, quien a través de un tuit advirtió:
“La degradación a la seguridad aérea de por parte de la Agencia Federal de Aviación es un golpe durísimo hacia nuestra economía y turismo con el socio más importante de: y no es fortuito. Esta es ya una respuesta a la política energética y la geopolítica que construye”.
En tanto, en un comunicado el organismo regulador se dijo dispuesto a ayudar a las autoridades mexicanas a mejorar sus estándares de supervisión y seguridad.
El gobierno de Estados Unidos bajó el martes la calificación de seguridad aérea de México, una medida que impide a las aerolíneas mexicanas sumar nuevos vuelos a Estados Unidos y limita su capacidad para llevar a cabo acuerdos comerciales, confirmó un funcionario estadounidense.
Los planes de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) para rebajar la nota habían sido reportados por primera vez el viernes por Reuters.
La FAA ha mantenido largas conversaciones con los reguladores de la aviación mexicana sobre sus preocupaciones.
La agencia dijo que estaba “plenamente comprometida en ayudar a la autoridad de aviación mexicana a mejorar su sistema de supervisión de seguridad a un nivel que cumpla” con las normas internacionales y “dispuesta a proporcionar experiencia y recursos” para resolver los problemas en el proceso de evaluación.
El lunes, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo que las autoridades estadounidenses no deberían rebajar la calificación de seguridad aérea de México, argumentando que su país estaba cumpliendo con todas las regulaciones pertinentes.
“Se están cumpliendo todas las normas (...) nosotros hemos estado cumpliendo con todos los requerimientos, sentimos que no debe de llevarse a cabo esta decisión porque estamos al día”, había dicho el mandatario en su conferencia de prensa matutina cuando se le preguntó sobre esa posibilidad.
La FAA dijo que su revaluación de la Agencia Federal de Aviación Civil de octubre de 2020 a febrero identificó varias áreas de incumplimiento de los estándares mínimos internacionales de seguridad.
Quizá parezca extraordinario que la medida de un país afecte tanto, ya que no es una autoridad nacional e internacional, sin embargo, esto tiene un impacto debido a que México recibe más vuelos de Estados Unidos que de otro país.
Con la degradación de categoría 2, la administración federal tendrá que apegarse a las reglas del Programa de Evaluación de Seguridad Operacional de la Aviación Internacional (IASA, por su siglas en inglés).
Es decir, las operaciones aéreas nacionales no podrán aumentar en el mercado estadounidense, el cual es el más importante, según dijo para W Radio el secretario de Prensa y Publicidad de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), José de Jesús Suárez Valdez.
Si bien los aviones de ambos países mantendrán las operaciones existentes, la medida afectará a México. Por ejemplo, un aeropuerto que ya no tenga vuelos a Estados Unidos no podrá abrir nuevas fechas.
También limita la capacidad de México para llevar a cabo acuerdos comerciales con sus aerolíneas.
Otro aspecto son los códigos compartidos entre las aerolíneas de ambas naciones. En caso de haber comprado un boleto con una compañía mexicana para volar en un avión estadounidense el pasajero tendrá que pedir que se le vuelva a emitir el boleto, lo cual se traduce en pérdida de conectividad.
En caso contrario, si México recupera su calificación, con el código compartido, el pasajero podrá comprar por ejemplo un vuelo de Estados Unidos a México sin importar la aerolínea y sin complicaciones. Sin ello, es probable que el usuario necesite más de un boleto.
Por su parte, las aerolíneas estadounidenses no tendrán afectaciones ya que podrán seguir dando servicio a los destinos mexicanos e incluso podrán aumentar el número de vuelos.
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