El empresario Carlos Slim tiene una gran fortuna que lo ha consolidado por muchos años como el hombre más rico de México, y por unos años, de 2010 a 2013, como el más rico del mundo. El magnate mexicano, de ascendencia libanesa, ha tenido una gran habilidad para detectar qué negocios son rentables y pueden ayudarlo a aumentar la fortuna con la que ya cuenta.
Por eso, a lo largo de los años, ha adquirido empresas que le han resultado muy rentables. Una de ellas, es Teléfonos de México (Telmex), empresa que era controlada por el estado hasta 1990, cuando fue adquirida por el magnate. Dicha empresa hizo que su fortuna aumentara de manera muy notable, pues tan solo un año después de comprarla, Slim logró entrar en la lista de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna de mil 700 millones de dólares.
Fue el 19 de diciembre de 1990 cuando el magnate se hizo propietario de Telmex, desembolsando 442.8 millones de dólares. En aquél momento, la empresa paraestatal estaba completamente obsoleta, tenía un mal servicio y los clientes se quejaban de ella.
En alguna entrevista para el medio Expansión, el director general de Telmex, Héctor Slim Seade, sobrino de Slim Helú, comentó que cuando Grupo Carso y sus socios adquirieron la compañía, esta era muy obsoleta, y calculó que se tenían unos 30 años de atraso en esos momentos.
“La empresa que se recibe (Grupo Carso y sus socios el 19 de diciembre de 1990), era muy obsoleta. Te diría que teníamos 30 años atrasados en ese momento, se adquiere una compañía obsoleta que está abierta a todo, a que todos los operadores compitan, excepto en larga distancia, que se conserva la exclusividad por seis años para cumplir los objetivos”, comentó Slim Seade.
En aquél tiempo, contratar una línea telefónica con la empresa del estado tomaba unos dos años, y la demanda de clientes insatisfechos, en la lista de espera del servicio, superaba los dos millones.
Uno de los grandes retos que enfrentó el empresario Carlos Slim Helú, fue el de expandir el servicio. Junto con sus socios South Western Bell y France Telecom se apropiaron de la compañía pagando alrededor de 17% más de lo que valía en ese entonces. Slim declaró que la limitación que tenía era que “las acciones de control, un 20.4%, se mantuvieran, es decir, no pudieran ser vendidas en 10 años”.
En la subasta de la empresa telefónica del estado, participaron más de 23 empresas, tanto nacionales como extranjeras. Pero la escasez del servicio no era el único problema que aquejaba a la empresa, sino también la mala calidad, deribada de las limitaciones tecnológicas, ya que las comunicaciones se daban a través de de microondas; el rezago en inversiones y muy bajo nivel de escolaridad del personas, que en promerdio tenían 5.4 años de estudios, e incluso algunos eran analfabetas, entre otros problemas.
Cuando Telmex se privatizó, estaba calificada como la empresa número 62 de las compañías de telecomunicaciones, sólo por arriba de Haití. Ocho años después, Forbes la calificaría como la número uno.
Al adquirir la empresa, el ingeniero Carlos Slim Helú, graduado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consolidó un plan de tres años para modernizar, expandir, y mejorar el servicio de la empresa, para lo cuál, se planearon inversiones de 7 mil 500 millones de dólares.
Con este capital, la nueva administración de Telmex se propuso, entre otras cosas, generar 2.3 millones de líneas telefónicas con nueva tecnología; llegar a 8 mil poblaciones rurales; duplicar los teléfonos públicos, que apenas sumaban 80 mil en el país; llevar la distribución al 60% y avanzar en la digitalización.
También se comenzó una capacitación intensiva al personal de Telmex, pues se necesitaba adaptar al personal a la nueva tecnología y visión del Grupo Carso. Como parte de esto, en mayo de 1991 se creó el Instituto Tecnológico de Teléfonos de México, con el objetivo no solo de preparar al personal para el crecimiento de la compañía, sino para mejorar su nivel de escolaridad, que pasó de 5.4 a 15 años de estudios en una década.
De esta manera, Slim consolidó la empresa, una de las más importantes de México. Actualmente, Slim es el hombre más rico de México, y el 16 a nivel mundial, con una fortuna de 55 mil 930 millones de dólares.
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