Luz Irene Fajardo Campos solía pasar desapercibida en los listados de los capos más poderosos de México, pese a que fue la única lideresa que encabezó el Cártel de Sinaloa, según indica el gobierno de Estados Unidos.
Le llaman la Comadre y/o la Jenny y era señalada como la mujer más poderosa del hampa en México desde hace seis años. En 2016, según el expediente 1:16-cr-00154, fue extraditada a Estados Unidos y tras ser presentada en un corte federal del Distrito de Columbia se declaró no culpable.
Como hiciera su socio y amigo, Joaquín el Chapo Guzmán, Fajardo enfrentó al sistema judicial de aquel país y se le presentaron cargos por tráfico de coca, metanfetaminas y marihuana. En diciembre pasado, el magistrado Ketanji Brown Jackson la encontró culpable por lo que ahora está en espera de sentencia.
Darle final a esta historia no fue asunto fácil. De acuerdo con las investigaciones de la DEA, el poderío de Fajardo Campos se extendió durante varios años. La mujer era la responsable de negociar los precios de la cocaína en Colombia, además de organizar su traslado en avionetas desde Sudaméricas hasta el sur de México y luego a Sinaloa.
Fajardo Campos se comunicaba con sus socios del cártel vía mensajes de textos enviados a través de un teléfono Blackberry y existen mensajes que están en poder de la DEA y que datan de abril de 2013 a septiembre de 2015, revela Ríodoce.
Se sabe que Luz Irena forjó su leyenda de mujer fatal del narcotráfico al lado de los capos del Cártel de Sinaloa; sin embargo, no se precisa con quién.
La mujer —originaria de Elota, Sinaloa— forma parte de la lista de capos de bajo perfil investigados por Estados Unidos. La semana pasada, esta nación señaló al grupo criminal independiente liderado por Jesús el Chuy González Peñuelas, antiguo lugarteniente del cártel de los Beltrán Leyva.
Son pocos los casos de mujeres involucradas como “jefas” en el trasiego de drogas. Uno de ellos es el de Cynthia Guadalupe Alvarado Campa, alias la Potra, fue la segunda al frente de la organización en Durango y Coahuila. Formó parte del Grupo de Armas y Tácticas Especiales de la Procuraduría General de Justicia de Coahuila, el cual se creó para enfrentar a los cárteles del Golfo y Los Zetas.
La Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) tiene entre sus 181 objetivos prioritarios a seis mujeres de origen mexicano que están identificadas por el gobierno de ese país por traficar grandes cantidades de drogas, principalmente en el estado de California.
Además están catalogadas como peligrosas, a la par de narcotraficantes como Rafael Caro Quintero, el mexicano por el que la DEA ofrece la histórica cifra de (USD) 20 millones.
En la lista de los fugitivos aparece Hilda Consuelo Ruiz Nevarez, presuntamente la principal distribuidora de cocaína en San Diego y quien está prófuga de la justicia desde hace dos décadas.
Nació en Tijuana hace 60 años y en la década de los ochenta se inició en el tráfico de migrantes, pero después se incorporó al tráfico de cocaína.
Desde 2001 dictaron una orden de arresto en su contra y de integrantes de su organización que estaría integrada por al menos 14 personas que trafican también con metanfetamina y heroína. Versiones señalan que vive en Tijuana donde conserva un perfil bajo para evitar ser detenida.
Otra de las mujeres que se encuentran en la lista de la DEA y está catalogada casi tan peligrosa como Rafael Caro Quintero, es Ana María Félix, alias la Doña. Las autoridades le siguen la pista desde hace años por ser la presunta responsable de cruzar cargamentos de heroína desde México y distribuirlos por todo el sur de California.
SEGUIR LEYENDO: