La discreción sigue siendo una palabra que no está en el vocabulario de los narcos en Sinaloa. El fin de semana se supo por las redes sociales sobre una fiesta organizada por los Chapitos, hijos de Joaquín el Chapo Guzmán. La noticia corrió por todo Culiacán: “Atención, atención, esta fiesta es gracias al señor Chapo Guzmán”.
El evento duró más de 12 horas. La banda en vivo y disparos al aire impusieron la temperatura anímica del festejo. Hasta el momento, las autoridades desconocen que esa fiesta hubiese tenido lugar; todo se supo por los videos y fotografías que los invitados pusieron en circulación.
Las fuerzas armadas refieren que Culiacán es uno de los lugares más difíciles para hacer una cobertura. La red de halcones comienza en el aeropuerto y en las casetas, se extiende a los hoteles, restaurantes y los taxis. Prácticamente cada calle de la ciudad es monitoreada por los ojos del Cártel de Sinaloa.
Horas antes, los narcotraficantes habían montado la entrega de despensas en zonas marginadas de Mazatlán, Sinaloa. Hombres vestidos de negro con chalecos antibalas, botas policiacas y pasamontañas comenzaron a repartir los paquetes enviados en apoyo a los habitantes de la colonia Loma Linda.
En cada despensa figuraba la imagen del líder delincuencial Guzmán Loera, sentenciado a cadena perpetua. En portales frecuentemente empleados por el crimen organizado para difundir sus propios “boletines” se afirmó de inmediato que el crimen organizado también ponía su granito de arena.
Videos de los hechos muestran cómo grupos de personas, entre señoras, jóvenes y hombres adultos se arremolinan a una camioneta tipo Pick Up, donde un encapuchado entrega las bolsas. La gente estiraba sus brazos, movía las manos y gritaba, mientras de fondo se oía a todo volumen Gente de Joaquín del cantante Gerardo Ortiz.
Este tema, incluido en el álbum Décimo Aniversario, fue estrenado en plataformas digitales el pasado 19 de febrero.
La letra relata cómo opera el grupo de Guzmán Loera desde que fue detenido definitivamente en 2016 y condenado a cadena perpetua en 2019. Se destaca el legado intacto y la lealtad interna a los hijos del Chapo.
“Somos de la gente de Joaquín. Aunque ya no esté presente, seguimos estando fuertes, firmes con el señor hasta el fin”, señala el primer verso.
Aunque estará preso el resto de su vida, la familia del Chapo hace diversos esfuerzos por mantener su imagen viva entre la población, inmortalizar la idea del narcotraficante como un benefactor y hasta hacer negocio con la fama del fundador del Cártel de Sinaloa.
Para lograrlo, los familiares y gente que trabaja para el Cártel de Sinaloa han recurrido a diversos objetos y hasta comida para mantener la presencia del Chapo Guzmán en las tierras donde era conocido. La distribución de estos recordatorios del capo de Sinaloa, que escapó en dos ocasiones de prisiones mexicanas, se ha hecho más constante durante dos momentos clave: en la pandemia de coronavirus en México, en la que miles de habitantes atraviesan por apuros económicos que son necesidades aprovechadas por la gente del Cártel para dar supuestos “apoyos” y las elecciones federales.
Además de los billetes, las supuestas ayudas a la población vulnerable llegan en forma de despensas, tortas y hasta cerveza.
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