Ensayos, poemas, cuentos, novelas y artículos son sólo una parte del legado con el que hoy México recuerda a Rosario Castellanos Figueroa. A 96 años de su nacimiento, la también promotora cultural y diplomática es una de las pioneras reconocidas del feminismo en México y Latinoamérica.
Nacida en el Distrito Federal, actualmente Ciudad de México, creció en Comitán, Chiapas. Regreso a la capital mexicana para estudiar y en 1949 se graduó como Maestra en Filosofía, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, con un trabajo intitulado “Sobre cultura Femenina”, tesis en la cual cuestiona ¿Existe una cultura femenina?
El mismo texto busca reflexionar acerca del lugar que ocupan las mujeres en la cultura, en una visión histórica donde se han visto marginadas en el ámbito cultural. De acuerdo con el artículo Rosario Castellanos o el feminismo a la mexicana, publicado por la Secretaría de Cultura en 2019, en el texto se aprecia como Rosario Castellanos inquieta por combatir las conjeturas sobre la supuesta inferioridad de la mujer, debate ideas de filósofos como Arthur Schopenhauer y Georg Simmel.
Debatió ideas como la “miopía intelectual” de las mujeres y su destino al haber sido creadas “únicamente para la propagación de la especie” según Schopenhauer, así como “la gran hazaña cultural de la mujer es el hogar” de Simmel.
“Muchos autores han querido hacer de la mujer una especie de poder tras el trono o el de diablo tras la cruz, y de la cultura una especie de enfermedad que, como la hemofilia, las mujeres no padecen, pero transmiten”, señala Rosario sobre los argumentos de los filósofos.
Este sólo sería un parteaguas para que Rosario Castellanos siguiera escribiendo y cuestionando el papel de la mujer, ya fuera en el ámbito familiar, conyugal y social. Aunado a dichos textos, la autora de Sobre Cultura Femenina, público su primera novela Balún Canán, donde narra diferencias raciales que ha sufrido la población de lo que hoy se conoce como Comitán. En su novela narra la vida, las costumbres y los puntos de vista del blanco y el indio.
Y estas no serían las únicas veces en las que Castellanos abordaría los temas sobre la mujer y lo indígena en México. Dentro de sus obras destacan, también, Oficio de tinieblas, sobre el levantamiento que se produjo en el estado de Chiapas entre 1867 y 1870, conocido también como Rebelión Chamula; El eterno femenino: Farsa, una obra de teatro, cuya protagonista es Lupita quien sueña con el guion de la vida que le espera tan pronto se case: hijos, infidelidad, asesinato del marido, viudez.
A la par como escritora, trabajo en la jefatura de Información y Prensa en la UNAM, impartió cátedras de literatura comparada, novela contemporánea y seminario de crítica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad, de igual forma fue profesora en la Universidad de Wisconsin, Universidad Estatal de Colorados y en la Universidad de Indiana.
Fue promotora en el Instituto Chiapaneco de la Cultura y del Instituto Nacional Indigenista. Se casó con el profesor de filosofía Ricardo Guerra en 1958, con quién tendría a su único hijo Gabriel Guerra Castellanos en 1961.
En 1971 la nombraron como embajadora de México en Israel, donde trabajo como catedrática en la Universidad Hebrea de Jerusalén y como diplomática. Falleció el 7 de agosto en Tel Aviv, tres años después de haber llegado al país. Hasta ahora, su muerte la han manejado como un accidente, sus restos se encuentran en la Rotonda de las Personas Ilustres.
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