Un asesino con piel de oveja: el feminicida de Atizapán regalaba balones a los niños y comida a familias pobres

Andrés “M” era señalado como un ciudadano ejemplar; alguien tranquilo que veía por el bienestar de su comunidad. Sin embargo, ésta era solo la máscara que ocultaba su verdadera cara

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Andrés Mendoza asesino (Foto: Twitter@FiscalEdomex)
Andrés Mendoza asesino (Foto: Twitter@FiscalEdomex)

A diferencia de cómo las películas o series ficticias retratan a los asesinos seriales, Andrés “N”, mejor conocido como El Monstruo de Atizapán, vivía su día a día con un perfil bajo; como un ciudadano común y corriente.

El sujeto era un experto en ocultar su siniestra faceta. Ni el médico que rentaba un cuarto como consultorio, ni la pareja aledaña se percataron del horror que sucedía en y debajo de su domicilio.

Ante los ojos del vecindario, Andrés “N” era un ciudadano ejemplar, tanto así que ejerció como Presidente del Consejo de la colonia donde residía, es decir, en Lomas de San Miguel en Atizapán de Zaragoza.

(Foto: Captura de pantalla /
(Foto: Captura de pantalla / https://atizapan.gob.mx/)

Por esa razón, el señor figuraba en las listas de los más de 100 beneficiados que recibían apoyos económicos de las arcas públicas destinados para ayudas y subsidios, recibiendo 600 pesos trimestrales.

Con este dinero, según testimonios, el hombre compraba balones de futbol a niños en situación de calle, sopas instantáneas para familias en situación vulnerable y pintura para las fachadas de la casas.

Su desempeño parecía tan destacado que en el 2016 fue reelecto como Presidente, lo que le permitió convivir con personajes políticos, tales como Pedro Rodríguez, candidato para la presidencia municipal rumbo a las elecciones 2021.

Incluso, el feminicida recién había ejercido su derecho responsable a recibir la vacuna contra el COVID-19 en abril pasado.

Andrés “M” era señalado como un ciudadano ejemplar; alguien tranquilo que veía por el bienestar de su comunidad. Sin embargo, ésta era solo la máscara que ocultaba su verdadera cara

Sin embargo, su imagen de ciudadano ejemplar comenzó a desmoronarse el pasado 18 de mayo, cuando elementos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) lo detuvieron por su probable participación en el feminicidio de una mujer de 34 años de edad.

Pero no fue hasta que catearon su domicilio cuando las autoridades, vecinos y todo México conocieron su verdadera identidad: un feminicida serial que ocultaba en su sótano restos desmembrados y rostros desollados con cabelleras completas de los cuerpos de varias mujeres.

Además de ello, en el lugar hallaron 12 celulares, 12 chips de teléfono, 28 cassettes y un cassette VHS con el cual, se presume, filmaba sus atroces actos. También se encontraron maquillaje, ropa, carteras, zapatos y varias pertenencias de sus víctimas.

Incluso, se tiene la teoría que el sujeto cometía actos de canibalismo debido a los restos carcomidos encontrados en el lugar. En un principio, se mencionó que Andrés “N” habría asesinado a 29 mujeres, sin embargo, con la identificación de más de dos mil restos óseos, se piensa que la cifra podría ser mucho mayor.

Según su propio testimonio, Andrés
Según su propio testimonio, Andrés Mendoza habría asesinado a al menos 30 mujeres (Gráfico: Infobae México)

Según sus propias declaraciones, durante su audiencia del pasado 20 de mayo, el feminicida solía engañar a sus víctimas en centros nocturnos. Luego las llevaba a su casa donde las asesinaba con apuñaladas en el corazón para luego cercenarlas y enterrarlas en su sótano.

Asimismo, declaró que también solía arrojar sal a los cuerpos para conservarlos, sin embargo, a pesar que aceptó practicar actos de canibalismo, las autoridades no han podido comprobar esta declaración.

La pericia de este Andrés “N” al cortar la piel se explica luego que varios vecinos relataran que trabajó por varios años en un rastro de preparación de carne para consumo humano en Tlalnepantla; de ahí la precisión de los cortes para separar la piel del músculo.

Actualmente, el sujeto se encuentra recluido en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Tlanepantla, luego de una extensa auditoría de más de cuatro horas en la que se determinó su vinculación a proceso; aún quedan pendientes los análisis psiquiátricos para definir si Andrés “N” podrá convivir con otros reos o será aislado de forma especial.

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