En sus años de, presuntamente, cometer hasta 15 asesinatos, Andrés Mendoza buscó diversos métodos para deshacerse de los restos. Algunos huesos han sido desenterrados, pero las atrocidades del supuesto asesino serial habrían llegado al punto del canibalismo.
El Chino, como era conocido por sus vecinos de la colonia Lomas de San Miguel, respondió ante autoridades del Estado de México que hasta donde recordaba había asesinado a 15 personas en dos décadas, en su mayoría mujeres. Pidió un vaso de agua antes de su declaración.
Las escenas de horror en el inmueble de la calle Margaritas 22, en Atizapán de Zaragoza, confirmarían parte del perfil criminal de Andrés Mendoza.
Pues se localizó el cuerpo desmembrado de Reyna González Amador, quien fue a poner fin a la relación que tenía con el sujeto de 72 años el 14 de mayo pasado, pero terminó como otras mujeres que desaparecieron en Tlalnepantla: asesinada, descuartizada y desollada.
Con esos indicios preliminares, los agentes preguntaron qué hacía con los cuerpos de las víctimas, o dónde los había dejado. Andrés Mendoza terminó confesando que comía algunas partes. El vecino de apariencia normal e involucrado en la política local, sería un feminicida serial y supuesto caníbal.
Según reportes extraoficiales, filtradas por el periodista Carlos Jiménez, el detenido conservaba los cadáveres de las mujeres con sal. Diversas bolsas de este producto fueron localizadas en la casa de Margaritas 22.
La salazón, cuyos registros se remontan al antiguo Egipto, es un método para curar y conservar pescado o grandes trozos de carne. En este proceso, la sal absorbe el agua de las piezas e impide que microbios o bacterias actúen sobre ellas para estropearlas.
Desde que fue asegurado el 15 de mayo, peritos ministeriales han estado procesando la casa de Andrés Mendoza para dar con mas posibles restos óseos.
A su arribo, los efectivos de seguridad registraron la casa y localizaron restos humanos, así como diversos indicios que señalaban un inmueble de terror. En un sótano estaban las partes seccionadas de Reyna González Amador.
Según el informe de la fiscalía estatal, emitido este 18 de mayo, se localizaron huesos, credenciales de elector de las mujeres, prendas de vestir, zapatos, bolsos, maquillaje, collares, aretes, anillos, pulseras y cadenas.
Además, las autoridades decomisaron libretas con varios nombres, donde supuestamente estaría el registro de las víctimas
Hasta el 19 de mayo, una habitación es punto central de las indagatorias, donde se han realizado excavaciones. Entre los especialistas que participan en estos estudios hay antropólogos y arqueólogos forenses, genetistas, peritos en criminalística, odontología, medicina legal y fotografía.
Para evitar que parte del cuarto colapsara, fue necesario apuntalar con vigas. Esa labor fue realizada por personal de Protección Civil y una cuadrilla del Ayuntamiento de Atizapán.
La Fiscalía del Estado de México no ha confirmado el número de víctimas, porque los restos óseos localizados deben pasar por análisis como pruebas de ADN.
Por las imágenes filtradas se aprecian cráneos, cabelleras completas, un par de pies cortados desde el tobillo y sobre una silla, junto a cuchillos, segueta, machete, y una lima para afilar objetos punzocortantes. Además de rostros desollados, las partes de una mano estaban sobre una mesa, con fluidos y sangre encharcados debajo.
Los informes indican que Andrés Mendoza tenía una preferencia particular por documentar sus atrocidades, pues videogrababa cada una de ellas. En su casa se hallaron alrededor de 20 videocasetes.
El Chino fue presidente del Consejo de Participación Ciudadana en la colonia. Durante el tiempo que desempeñó dicho puesto, el hombre se paseaba por las calles y tocaba puerta por puerta con preocupaciones por el alumbrado público, por el correcto cobro de la luz, del agua, entre otros servicios.
Según las descripciones brindadas a Infobae México, se trataba de un hombre tranquilo, bajito, moreno, gordo, con acento en el que “se comía las letras”, probablemente de la costa.
Al parecer, es un tipo que aparentaba ser tranquilo, relajado, “normal” y no se metía con nadie. Además, testimonios apuntan a que nunca dio indicios de su presunta actividad delictiva pues incluso “no se molestaba a las mujeres, ni les decía nada”.
Las audiencias de Andrés Mendoza comenzarán este jueves 20 de mayo, donde es probable que sea vinculado a proceso tras su ingreso al Centro Penitenciario de Tlalnepantla.
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