Un disparo retumbó en todos los locales cercanos al Mercado Pino Suárez, ubicado en Villahermosa, Tabasco. Asustada, la gente acudió al negocio de telas del matrimonio formado por Andrés López Ramón y de Manuela Obrador González, el cual era atendido por dos de sus hijos.
A la entrada de “Novedades Andrés”, entre las calles Progreso y Primavera, se encontraba el cuerpo de un joven de apenas 14 años de edad. Enmarcado por un charco de sangre de casi 70 centímetros de diámetro, su cabeza se estaba en dirección a la calle, mientras que sus pies se posicionaron dentro del lugar, como si tratara de escapar.
José Ramón López Obrador había muerto. Una bala le atravesó la cabeza desde la parte baja hasta su oreja izquierda. Una enorme hemorragia y un traumatismo encefálico le provocaron un paro cardiorrespiratorio que lo fulminó casi de inmediato.
Solamente un joven Andrés Manuel López Obrador se encontraba dentro del local. Nadie más presenció el hecho. Los ojos llenos de miedo, morbo y adrenalina simplemente veían al adolescente de 15 años que se quedó perplejo por ver a su hermano en el suelo, sin signos vitales.
Varias han sido las versiones que se manejaron. De acuerdo con el libro Los suspirantes 2018, el periodista Jorge Zepeda Patterson narró que el hermano de AMLO tomó la pistola, la cual había sido otorgada a su padre como pago de una deuda, para jugar con ella, pero en un descuido cayó al suelo y se accionó.
Sin embargo, algunos reportes de medios locales de la época, que marcaron como fecha de la tragedia el 9 de junio de 1969, indicaron que Andrés Manuel acudió ante el Ministerio Público para asegurar que José Ramón quería realizar una broma a un tal Ramón, empleado de una zapatería cercana.
“‘Deja de jugar con esa pistola’. José Ramón le respondió al instante: ‘No tengas miedo’. Y otra vez volvió Andrés Manuel a llamar la atención de su hermano menor: ‘Guarda esa arma porque se te puede ir un tiro’. A esto, José Ramón le respondió: ‘Lo que pasa contigo es que eres un miedoso. De todo te espantas’”, fue lo que reportó el Diario de Tabasco, en su sección Vida y verdad de la provincia.
En cuanto emprendió el camino hacia la calle, el arma de fuego resbaló de sus manos y se disparó. El pequeño “Americano”, como le decían a Andrés Manuel, no logró ver nada, pues se encontraba de espaldas a la escena caminando hacia el mostrador.
Algunos testimonios no confirmados mencionaron que los hermanos López Obrador discutieron por el uso de la pistola Super Colt calibre 38. En el forcejeo, AMLO habría activado el mecanismo por accidente y disparado una bala que impactó a José Ramón.
Con el paso del tiempo, el hecho quedó enterrado. AMLO se volvió más taciturno y reflexivo. Viajó a la capital del país para estudiar la universidad e iniciar su vida política, situación que lo colocó en el ojo público. Ni tardos ni perezosos, las personas trajeron de vuelta el tema, mismo que fue aprovechado por sus diversos contendientes para argumentar en su contra.
Diego Fernández de Cevallos, durante el famoso debate realizado el 7 de marzo del 2000 durante el programa de Joaquín López-Dóriga, hizo referencia a la muerte de José Ramón. “Yo a usted tendría que acusarlo de asesino”, declaró el panista, quien poseía publicaciones de aquellos tiempos donde señalaban como responsable a Andrés Manuel.
La respuesta del entonces candidato del PRD a la jefatura de gobierno del DF fue clara: los políticos del PRI y del PAN habían utilizado esa situación para “enlodarlo”, pues “tratan, con un accidente que sufrió mi hermano, de agarrarme”.
Después de ello, poco se habló sobre el tema entre las esferas políticas y los medios de comunicación. Sólo algunos usuarios de redes sociales rescataban la tesis principal para escribir un tuit o atacar al político tabasqueño: AMLO asesinó a su hermano.
Hasta el momento no se ha esclarecido el tema. El único testigo en quien se podría confiar sería el casquillo que quedó debajo del mostrador. Observando todo. Habría sido el único que pudo otorgar información exacta con el humo proveniente del calor que encendió la pólvora. Algún mensaje trató de otorgar, pero no le llegó a nadie, pues sólo lo tomaron como una evidencia más del caso finalizado en un velorio dentro de la Primera Cerrada de la calle Pedro Fuentes No. 111, domicilio de la familia López Obrador.
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