No es de extrañarse que el presidente de Grupo Carso y dueño de América Móvil, una de las compañías de telecomunicaciones más importante de Latinoamérica, Carlos Slim, sea una persona muy ocupada, a la que, a la vista de cualquier persona de la sociedad, no le da tiempo de tener pasatiempos o estar con su familia mucho tiempo.
Sin embargo, el magnate trata de distribuir muy bien sus días para que le alcance el tiempo y lograr hacer todos sus pendientes y aún así, cenar con su familia o descansar una parte del día.
El empresario, considerado el más rico de México por la revista especializada Forbes, comienza su día a las 8 de la mañana, hora en la que se levanta. Posteriormente, desayuna y pasa un par de horas en un despacho contiguo a su recámara, en donde habla por teléfono con sus socios, checa papeles de sus negocios y hace algunos pendientes que tienen que ver con sus empresas.
En una entrevista, el empresario declaró que a pesar de tener negocios en todo el mundo, por teléfono puede hablar con cualquier persona, y que habla principalmente con las personas que están en México, a cargo de las operaciones de las empresas que opera.
A medio día, por muy increíble que parezca, el magnate se toma una siesta para descansar, y posteriormente se dirige a su oficina, que se encuentra muy cerca de su casa, a unos tres kilómetros, en las Lomas de Chapultepec. Durante su jornada laboral, trata de darse un espacio de tiempo, que aprovecha para comer con algún familiar o amigo.
En el 2007, Slim contó, en una entrevista, que todos los lunes cena cons sus hijos y sus respectivas esposas en su casa, para hablar de los negocios que tiene, además trata de reunirse con sus nietos en fines de semana, por varias veces al año.
Por las noches, Carlos Slim se dedica a analizar proyectos y se mete a la cama para dormir entre las 2:00 y 2:30 de la madrugada. El también dueño de los restaurantes Sanborns, ha declarado en diferentes ocasiones que el equilibrio entre el ámbito personal, familiar y laboral no solo es posible, sino necesario, además no cree en jornadas de trabajo extenuantes.
“No creo que eso sea correcto en los negocios ni en ninguna otra actividad, que necesites trabajar 15 o 16 horas y no tengas tiempo para ti ni para tu familia”, dijo el millonario mexicano de origen libanés.
Se sabe también que el empresario es todo lo contrario a los magnates que posan para revistas de sociales y lucen excentricidades. A Slim no le gusta ser ostentoso, trata de llevar un perfil bajo en ese aspecto. Come regularmente en los restaurantes Sanborns, de los que es dueño.
Vive en una casa relativamente sencilla, a comparación de lo que cualquier persona se imaginaría con la fortuna que tiene. El hogar en el que vive se encuentra en las Lomas de Chapultepec, una importante y exclusiva colonia al poniente de la Ciudad de México. En esa casa vive desde hace décadas. Ahí crecieron sus hijos y vivió con Soumaya Domit Gamaliel, quien fuera su esposa, fallecida en 1999.
En el hogar hay enormes jardines con bonsáis y esculturas. Dentro de su casa tiene variadas obras de arte, por ejemplo, en el comedor hay un cuadro de La Sagrada Familia con María Magdalena de El Greco, hay un Pissarro, un Bonet, esculturas de Rodin y fotografías de momentos que ha pasado al lado de su familia, además de algunos cuadros de la Virgen de Guadalupe. Todas estas decoraciones van por parte de él, pues es amante del arte.
La casa cuenta con seis habitaciones y se encuentra a solo tres kilómetros de su oficina.
Para él siempre ha sido importante la integración familiar, por ello, declaró en alguna entrevista, buscaba con su esposa tener un hogar en donde se encontrara la familia, pues en una casa grande la familia se dispersaría mucho.
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