El crimen organizado buscará en estas elecciones hacerse del control político de varios municipios en el país. Para ello, ha recurrido a su puerta trasera: la repartición de apoyos.
Con agudo sentido de oportunidad, este lunes presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) inundaron las redes sociales con imágenes y videos de entregas de regalos por el Día de las Madres, en zonas urbanas populares y comunidades rurales de Guanajuato, Jalisco y Michoacán.
Pese a la ola de violencia y homicidios detrás de los apoyos, éstos tuvieron una buena aceptación entre los “beneficiarios”, quienes hicieron públicos sus agradecimientos al líder de la organización criminal, Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho.
“¡Puras cuatro letras! ¡Puro Mencho! ¡Pa’ todas las mamás!, grita uno de los integrantes del convoy del CJNG
En tiempo de elecciones, coinciden los expertos en seguridad, los narcos recurren a ataques y homicidios, pero también al asistencialismo de las familias. La legitimidad en los ayuntamientos más vulnerables las consiguen los cárteles suplantando al estado en tareas básicas como la entrega de apoyos, y brindado “seguridad” a las comunidades. Esto, en gran medida, permite que la delincuencia organizada gane cobijo social: “los espacios se ocupan y los vacios se llenan”.
Sobre la última repartición, se cuenta con información y evidencia de que el Mencho dio regalos en los municipios de Tototlán, La Barca y Jamay, en Jalisco, estado al oeste del país, donde conmocionó el multihomicidio de tres jóvenes levantados y asesinados por supuestas huestes del CJNG.
Ana Karen, de 24 años; José Alberto, de 29 y Luis Ángel González Moreno, de 32, se encontraban en su casa en la colonia San Andrés, en Guadalajara, cuando fueron secuestrado por un comando de ocho personas presuntamente miembros del Cártel Jalisco, el pasado viernes 7 de mayo. En pleno Día de las Madres, y en la soledad de la carretera que va a San Cristóbal de la Barranca, los cuerpos de las víctimas fueron hallados sin vida. La Fiscalía estatal ha señalado que existe la posibilidad de que confundieran a los jóvenes.
En Michoacán (al centro del país), las ayudas del gobierno para hacer frente a los estragos del coronavirus son insuficientes, lo que ha permitido a los narcos posicionarse como organizaciones con responsabilidad social. Algo similar ocurre en Guanajuato, donde el CJNG mantiene una lucha encarnizada con el Cártel de Santa Rosa de Lima, por el control del territorio.
Estas acciones evidencian la realidad, cruda y dura, y advierten que los regalos, despensas y juguetes que los narcos reparten —no importa si están manchados de sangre—, serán aceptados por los pobladores con los ojos cerrados.
Cada que el Cártel Jalisco llega a un municipio afirman con jactancia que con ellos se terminará la delincuencia, que aniquilarán a los secuestradores y extorsionadores. Como su parta de presentación, los jaliscienses insisten en una paz para las familias. Peo hoy, ese mismo cártel ha hecho una promesa incumplida.
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