Por qué se celebra el Día de la Madre el 10 de mayo en México

Uno de los festivos más importantes en el país se dedica a las mujeres que dan todo por sus hijos

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Un hombre prepara arreglos florales en el Mercado de Jamaica, el 7 de mayo de 2021, en Ciudad de México (México). EFE/ Sáshenka Gutiérrez
Un hombre prepara arreglos florales en el Mercado de Jamaica, el 7 de mayo de 2021, en Ciudad de México (México). EFE/ Sáshenka Gutiérrez

La figura de la madre en México es un símbolo de respeto, del más profundo e incondicional amor, pero ¿por qué se celebra el 10 de mayo y no otro día?

La celebración para las madres es diferente en cada país, en algunos es el 8 de marzo (Día de la Mujer), en algunos otros se destinan hasta tres días.

La mayoría de familias tiene a realizar celebraciones y reuniones familiares, las llevan a comer a restaurantes o dan regalos para consentirlas.

Este día se habría festejado por primera vez en 1911, pero no fue hasta 1922 cuando se habría popularizado en una campaña de promoción encabezada por el director del Excélsior, Rafael Alducín, probablemente influenciado por el Secretario de Educación José Vasconcelos.

“Excélsior pretende que el diez de mayo de todos los años sea consagrado por los hijos a enaltecer en vida o en memoria a quienes les dieron el ser”, escribió el diario en una convocatoria publicada el jueves 13 de abril de 1922 en su primera plana.

“El día escogido para tan noble objeto, que es el diez de mayo, quienes han tenido la desgracia de perder a la mujer que les diera la vida, cuidan de depositar en su tumba más que un puñado de flores, un recuerdo de ternura, un pensamiento de cariño, una oración”, extendió.

La convocatoria fue bien recibida no sólo por los lectores y también por el entonces presidente de la República, Álvaro Obregón, y todas las fuerzas políticas, según destacó el periódico.

Coincidió con el nacimiento del movimiento feminista

Historiadores han declarado también que esta celebración coincidió con un fenómeno de libertad feminista, según refirió la Universidad de Guadalajara.

Marta Acevedo, investigadora de Ciencias Sociales y Estudios de Género de la Universidad de Guadalajara (UdG), señala que la iniciativa de festejar el 10 de mayo surgió en reacción a un movimiento feminista que empezó a cobrar auge en Yucatán, durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto.

Yucatán ha sido un estado pionero en el feminismo en México y América Latina; incluso fue la primera entidad del país con una candidata a un cargo de elección popular.

En ese contexto, en 1916 un grupo de mujeres comenzó a impulsar la planificación familiar y a postular que la maternidad no era una obligación.

Dichos grupos estaban influenciados por Margaret Sanger, una enfermera pionera la planificación en Estados Unidos.

En 1922 este grupo consiguió abrir una oficina estatal para impulsar la planificación familiar como un derecho de las mujeres; en dicho inmueble se brindaban conferencias e información sobre la prevención de enfermedades de transmisión sexual, métodos anticonceptivos, entre otros temas.

Estos grupos sumaron a sus propuestas la de una formación laica y la igualdad entre los cónyuges en el matrimonio en la educación de los hijos y administración de los bienes; ambos temas fueron recogidos en la Ley de Relaciones Familiares. Posteriormente impulsaron y apoyaron el reconocimiento del divorcio y el derecho de las mujeres casadas a disponer de sus bienes.

Estos hechos provocaron la reacción de una sociedad conservadora que acusó a las feministas yucatecas de “inmorales”, por esa razón varios sectores de la sociedad mexicana convinieron en apoyar la iniciativa del festejo del Día de la Madre, como una forma de frenar las ideas de las feministas yucatecas.

En un artículo publicado en 2010, la antropóloga y catedrática del ITAM, Martha Lamas escribió que en ese contexto se “retoma la celebración estadunidense del Día de la Madre y convoca a un festejo similar, con el apoyo decidido de Vasconcelos –entonces secretario de Educación Pública–, el arzobispo primado de México, la Cruz Roja y las Cámaras de Comercio. Las propuestas feministas de que la maternidad sea elegida quedan enterradas bajo la avalancha propagandística (…)”.

“¿Qué encubre hoy el torrente discursivo y comercial del 10 de mayo? Por lo pronto, promueve la idea tradicional de la maternidad como un amor incondicional, que implica gran abnegación. Este mito recoge cuestiones reales –las madres sí suelen ser amorosas, generosas y abnegadas–, pero también encubre aspectos negativos o contradictorios del ejercicio maternal”.

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