Dos integrantes de la Academia de Investigación Criminal en Guanajuato fueron asesinados la tarde de este viernes por presuntos sicarios mientras circulaban por la carretera Silao-Guanajuato, a la altura de la comunidad Capulín.
La mujer y el hombre se encontraban a bordo de un automóvil Susuki Sedan color negro cuando otro vehículo los rebasó y les cerró el paso. Al detenerse en medio del pavimento, el agresor bajó de la unidad para intentar abrir las puertas de las víctimas, pero al no lograrlo abrió fuego en su contra.
Según testimonios no confirmados, los presuntos sicarios viajaban en un auto color azul y portaban armas largas. Al realizar el homicidio, volvieron a la unidad y escaparon sobre la carretera, sin especificar la dirección.
El caso llegó a manos de la Fiscalía General del Estado (FGE) quien, a través de un comunicado, condenó el ataque contra los dos estudiantes y aseguró que investigará el crimen.
“Lamentamos informar que derivado de ello, perdieron la vida un compañero y una compañera, en hechos acontecidos en la citada carretera, a la altura de la comunidad Capulín”, detalló la dependencia de seguridad, la cual mencionó que eran agentes en proceso de formación, por lo que aún no se encontraban en funciones.
Personal de la Agencia de Investigación Criminal de esta Fiscalía llegó a la zona e inició los trabajos para procesar la escena y recabar diversos indicios que serán preservados para su análisis en los laboratorios, así como integrados en la carpeta de investigación.
“La Unidad Especializada en Investigación de Homicidios de la Fiscalía Regional B, lleva a cabo las indagatorias e integración de la carpeta de investigación correspondiente”, refirió la Fiscalía de Guanajuato.
Finalmente, la corporación estatal de seguridad se solidarizó con las familias de los estudiantes, sin revelar las identidades, y refrendaron su compromiso para esclarecer el caso y llevar a los responsables ante un juez.
La violencia generada por el narcotráfico en Guanajuato comenzó durante los gobiernos de Juan Manuel Oliva (2006-2012) y su sucesor Juan Carlos Romero Hicks (2012-2018), cuando en la entidad operaban mafias locales que tenían un control de distintas zonas del estado.
La radiografía del crimen organizado en Guanajuato detalla que lo que generó un cambio radical en materia de seguridad fue la invasión del Cártel Jalisco Nueva Generación, que pretendía el control de ciudades importantes del estado , para tener un libre paso en las autopistas y llegar a las rutas de puertos del Pacífico.
Pero Guanajuato ya tenía “dueño”: el Cártel de Santa Rosa de Lima, la Unión León, el Grupo Sombra, y los cárteles michoacanos, que tenían distintos pseudos a lo largo y ancho de la entidad.
La disputa territorial contra remanentes del Cártel Santa Rosa de Lima tiene sumida a la población en una ola violenta que se ha recrudecido en los últimos dos años. Aún cuando José Antonio Yépez Oritz, el Marro, fue detenido en agosto del año pasado, sus lugartenientes se mantienen en municipios donde dominaban cuando el líder huachicolero comandaba.
Las amenazas utilizadas por las diferentes células delictivas han causado terror en la población de Guanajuato, pues han encontrado cabezas humanas mutiladas y narcomensajes que señalan lo que podría pasarle a las personas en caso de seguir las órdenes de los sicarios, los cuales buscan apoderarse de la plaza para seguir traficando drogas en el estado y en el país.
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