A casi tres décadas en que ocurriera una de las batallas entre precursores del Cártel de Sinaloa, contra sus rivales del Cártel de Tijuana, la Fiscalía de Jalisco confirmó que uno de los protagonistas de aquel episodio, Héctor Palma Salazar, el Güero, no tiene cuentas pendientes en la entidad.
Gerardo Octavio Solís Gómez, fiscal del estado, descartó que hubiera responsabilidades del capo por los hechos ocurridos el 8 de noviembre de 1992, cuando Palma Salazar y su amigo, Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, buscaban venganza contra los hermanos Benjamín, Ramón y Carlos Alberto Arellano Félix.
En aquella disputa del narco murieron al menos seis personas, aunque otras versiones indican que fueron diez. Los Arellano Félix se encontraban celebrando en la discoteca Christine´s de Puerto Vallarta.
Y aunque lograron huir, ello sería antecedente a una de las guerras más cruentas en la década de 1990, durante la historia de los cárteles de la droga en México. Pasados casi 29 años, las autoridades de Jalisco no advierten que el Güero Palma tenga causas sin pagar por esos hechos.
“Nosotros ya hemos respondido de manera preliminar que no tenemos nada en este momento que nos faculte o nos permita solicitar su detención o alguna actuación de naturaleza diversa”, dijo en rueda de prensa el fiscal Solís Gómez.
“Sin embargo, al igual que el resto de las fiscalías seguimos trabajando exhaustivamente, pareciera indicar que la mayoría de los asuntos pudieran estar resueltos”, aseveró.
Esta versión se sustenta en el requerimiento que ha realizado la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana desde el pasado 1 de mayo, luego de que fuera notificada sobre la liberación del capo por un tribunal jalisciense. Un juez del Segundo Distrito de Procesos Penales Federales en el estado absolvió al fundador del Cártel de Sinaloa del delito de delincuencia organizada.
El fiscal explicó que en este caso, como en otros, trabajan de forma coordinada con la Conferencia Nacional de Justicia, donde confluyen las 32 fiscalías y la Fiscalía General de la República (FGR). Como resultado de esas labores pudiera resaltar si el Güero Palma tiene cuentas pendientes.
“En el momento que surja algo, si es que tuviera sustento, así lo haríamos del conocimiento de las autoridades federales”, respondió el titular de la Fiscalía de Jalisco.
Tras ser arrestado en 1995, el Güero Palma fue extraditado a California en 2007, donde se le procesó y llegó a un convenio. Finalmente quedó libre en junio de 2016 por buena conducta. En Estados Unidos se declaró culpable de traficar drogas.
Aunque ya fue procesado y pasó siete años tras las rejas por posesión de cocaína en México, actualmente se encuentra en arraigo por 40 días, en espera de que se reúnan más datos de prueba en su contra. Pues la FGR quiere procesarlo por un doble homicidio cometido en Nayarit en 1996.
Por la madrugada del 4 de mayo, cuando el capo se disponía a abandonar el penal de Altiplano, fue arrestado por “caso urgente” y trasladado a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada en la Ciudad de México. Estuvo recluido en ese lugar, donde declaró una hora y media.
Este miércoles 5 de mayo, el Güero Palma ingresó al Centro Nacional de Arraigo en la colonia Doctores, alcaldía Cuauhtémoc, donde permanecerá al menos hasta el próximo 15 de junio.
Actualmente, Héctor Jesús Palma Salazar tiene problemas de audición, padece secuelas de fracturas y su mandíbula fue reconstruida, luego de que sufriera un accidente aéreo en los límites de Nayarit y Jalisco.
Aquel 21 de junio de 1995 voló en un jet privado desde Obregón, Sonora, con destino a una boda en Guadalajara, pero terminó por estrellarse y sufrió heridas graves. Jesús Gutiérrez Rebollo, jefe de la región militar, dio con él un día después, luego de ordenar el cierre de varios aeropuertos.
El Güero Palma se recuperaba en una finca de Zapopan. Los relatos indican que portaba un arma corta, cuyas cachas estaban adornadas con una palmera sobre el fondo de esmeraldas incrustadas. Desde ese día no supo más sino de la prisión. Su amigo el Chapo Guzmán había caído dos años antes en Guatemala.
Ahora, supuestamente, solo desea volver a la cuna de los grandes capos de la droga para vivir con su familia. Su defensa argumenta que de ser procesado por acusaciones invalidadas y delitos que ya pagó con 26 años encerrado en México y EEUU, se estaría cometiendo una injusticia.
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