El 1 de mayo, Héctor Luis Palma Salazar, El Güero, fue absuelto por delitos de narcotráfico y se ordenó su inmediata liberación.
Sin embargo, no siempre tuvo tanta suerte. Uno de los episodios más trágicos de su vida estuvo marcado por el asesinato de su esposa, Guadalupe Laija, y sus dos hijos: Héctor, de cinco años de edad, y Nataly, de cuatro.
Rafael Clavel Moreno fue un sicario originario de Venezuela que trabajó para El Güero. Apareció en medio del conflicto de Palma Salazar y Joaquín El Chapo Guzmán Loera contra Miguel Ángel Félix Gallardo y los Arellano Félix.
Cuando El Güero Palma ocupaba uno de los puestos más altos en la cúpula del Cártel de Sinaloa, en la década de los ochenta y noventa, mataron a su esposa y a sus dos hijos.
El ex líder del Cártel de Guadalajara, el Jefe de Jefes, Miguel Ángel Félix Gallardo, y sus primos los Arellano Félix, rompieron la regla no escrita entre narcotraficantes: un pacto de no agresión entre familiares en aparente venganza por la traición de quien empezó siendo un sicario.
Félix Gallardo y los Arellano presuntamente orquestaron la masacre y ordenaron matar a Héctor, Nataly, y a Laija. A El Güero le enviaron la cabeza de su cónyuge.
La misión la ejecutó el venezolano, un sicario de bajo rango que logró infiltrarse como integrante del Cártel de Sinaloa, mientras Palma Salazar se encontraba ausente, para después enamorar y convencer a Guadalupe de huir juntos.
Aproximadamente una semana después, la tragedia terminó de consumarse sobre Palma. Rafael le envió un video al sinaloense donde le enseñó cómo lanzaba a sus dos hijos, Nataly y Héctor, desde el puente de La Concordia en Venezuela.
La venganza de El Güero fue siniestra y brutal. Con ayuda de su socio y amigo El Chapo Guzmán, asesinó a algunos de los involucrados en la masacre y a sus amigos y familiares.
Clavel Moreno fue la primera víctima y Palma Salazar lo planeó desde prisión. El sicario fue arrestado en Venezuela por las autoridades y encarcelado por el delito de homicidio de dos menores de edad, de acuerdo con el periodista Raúl Monge de Proceso.
Fue asesinado en la cárcel bajo “extrañas” circunstancias: nunca se atrapó al responsable. Tiempo después, los tres hijos de Clavel Moreno fueron aniquilados uno tras otro.
También falleció un grupo de venezolanos con quienes el sicario tenía contacto en México.
Pero la vendetta no terminó ahí: en 1992, nueve hombres, entre ellos abogados y un medio hermano del Jefe de Jefes, aparecieron acribillados y con signos de tortura en una carretera de Iguala, en el estado de Guerrero. El multihomicidio fue atribuido a El Chapo y al Güero.
El testimonio de Reynaldo Zambada en el juicio de Joaquín Guzmán Loera, en Estados Unidos, reveló que su hermano, Ismael El Mayo Zambada, los ayudó a planear la balacera dentro de la discoteca Christine, donde un comando intentó, sin éxito, asesinar a los Arellano Félix en Puerto Vallarta.
El Güero le construyó a su familia un mausoleo con valor estimado en USD 420,000 en el Panteón Jardines del Humaya, en Culiacán, Sinaloa. En el techo hay una pintura de su esposa e hijos.
En febrero de este año, la Fiscalía General de Justicia (FGJ) confirmó el hallazgo de los cadáveres de María Jimena Palma Romero y Cintia Mercedes Romero Verdugo, madre e hija, quienes eran también cuñada y sobrina del Güero Palma.
Ambas mujeres contaban con reportes de desaparición que datan del 30 de diciembre de 2020. De acuerdo con las indagatorias, fueron raptadas por cuatro personas en Ciudad Obregón, Sonora.
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