Durante la presentación del libro “Serapio Rendón, Dos veces mártir”, hace algunos días, la presidenta de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri, destacó que es muy importante sacar del olvido a las personas que lucharon contra la dictadura y la represión, así fuera a costa de sus vidas, en referencia al legislador asesinado en 1913, unos meses antes del senador Belisario Domínguez.
En su discurso, Sauri hizo gala de su doctorado en Historia, y recordó sucesos de la vida política mexicana de hace más de 100 años, cuando la Revolución mexicana, la dictadura de Victoriano Huerta y otros sucesos que delinearon de alguna forma lo que hoy en día conocemos como México, pero el pretexto le sirvió también para encontrar los ecos necesarios en el presente, en la coyuntura más actual del país.
“El juicio político que perdura hasta nuestros días con una serie de modificaciones importantes que se hicieron en 1983, es, sin lugar a dudas, una institución que aún en medio de una ruptura del orden constitucional, seguía, vamos a decir, generando confianza en la ciudadanía para acudir a ella”, dijo.
Sus palabras tomaron fuerza precisamente porque Sauri tuvo que encabezar, como presidenta en San Lázaro, el momento en que el Pleno de la Cámara de Diputados se erigió como Jurado de Procedencia el viernes pasado para analizar si perdía o no su fuero del gobernador opositor de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca.
El Pleno, de mayoría de Morena, el partido en el poder, dijo que sí procedía el desafuero, en un caso que será decidido en última instancia por la Suprema Corte, ya que el Congreso local de Tamaulipas rechazó la procedencia del proceso y ratificó a García Cabeza de Vaca como gobernador.
Sauri, siempre hablando de otra época en el guión, remarcó: “En conclusión: a casi 110 años subsiste la institucionalidad del juicio político y del fuero, pero cuando hay dictadura, no hay fuero que valga porque simple y llanamente se desconoce la Constitución”, dijo.
En el marco de la IX Feria Internacional de la Lectura Yucatán, la diputa Sauri reconoció al Consejo Editorial de LXIV Legislatura, por la publicación de esta obra de memoria. “Trata de nuestros pares, porque finalmente el protagonista de esta historia es un diputado federal, en este caso de la XXVI Legislatura, y también de otros diputados federales que, al igual que él, fueron mártires de la dictadura huertista”, precisó.
Cuando se refirió a los asesinatos de Serapio Rendón, de Adolfo Gurrión y de Gustavo Madero, Sauri señaló que “las coyunturas legislativas también marcan muchas veces los decretos que se aprueban en la legislatura”. “De hecho, en esta Legislatura revisamos el decreto de la medalla (Eduardo Neri) y le tratamos de dar la esencia que es a los legisladores mártires de 1913. Es más, el diseño de la medalla ya no es el rostro de Neri, sino la tribuna de Donceles”, recordó.
Por ello, finalizó, “es muy importante sacar del olvido a las personas, a los acontecimientos, a los procesos y volver a la memoria a quienes lucharon contra la dictadura y contra la represión así fuera acosta de su vida”. Sauri nunca se refirió a la actualidad del país en su discurso.
Además, Sauri manifestó que, entre sus conclusiones, diagnosticó que “hace falta una verdadera historia del Poder Legislativo mexicano. “Que muy probablemente abarque desde las últimas legislaturas del Porfiriato y las legislaturas de todo el siglo XX hasta la actualidad del siglo XXI”, dijo.
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