Esta mañana, Ciro Gómez Leyva, descartó que su amigo, David Páramo, estuviera alcoholizado al momento del accidente automovilístico que sufrió el pasado 30 de abril.
“Como suele ocurrir en estos casos, no faltan versiones que quieren dar una información que no es precisa, alterarla. (...) Hubo versiones incluso que decían que venía a exceso de velocidad, que venía bajo efectos de quién sabe que. David es de las personas que no toma; por razones personales no lo hace.”, mencionó.
Durante su programa matutino Por la mañana, el cual también comparte con Páramo, el periodista brindó más detalles sobre el estado de salud de su compañero, así como las causantes que lo llevaron al estado de coma en el que actualmente se encuentra.
“Antes que nada, reportar que David se encuentra en un estado de coma inducido. Fue sometido a dos cirugías el viernes, salió de las dos cirugías. Se encuentra, dentro de la gravedad, grave, pero estable. Está inconsciente, está en coma.”, aclaró.
De acuerdo con el reporte médico del hospital, fechado en el mismo día del accidente, David ingresó con cefalea (dolor de cabeza) intensa, vómito y nauseas. Sin embargo, luego de los estudios pertinentes, se determinó que también presentaba hemorragia subaracnoidea (sangrado entre el cerebro y el tejido que lo cubre), aneurisma e incremento de las divisiones del corazón.
Asimismo, Gómez Leyva relató que su compañero empezó a “sentirse mal” mientras manejaba su automóvil llevándolo a impactarse - a baja velocidad - con otro vehículo y, posteriormente, con una banqueta; después del choque, el auto comenzó a emanar humo blanco.
“No perdió del todo el conocimiento, lo que sí, perdió el control del coche. Impactó a 20 kilómetros por hora. (...) David no había perdido del todo el conocimiento, entonces alcanzó a reaccionar. Dio un par de números telefónicos, llegaron conocidos de él, llegó una ambulancia y lo llevó al hospital más cercano, el ABC de Santa Fe, que estaba a cinco minutos del lugar donde se dieron los hechos.”, dijo.
Aunado a ello, el reporte médico indicaba que, de acuerdo con informes de los paramédicos, David utilizaba cinturón de seguridad al momento del impacto el cual fue de manera frontal, sin estallido de bolsas de aire, ni con daños en el tablero o volante.
El pasado 30 de abril, se dio a conocer que David Páramo, periodista y analista mexicano de Imagen Noticias, había ocasionado un percance automovilístico en la Ciudad de México luego que sufriera un accidente cardiovascular en la tarde de ese día.
Esa misma noche, el mismo Gómez Leyva informó que Páramo había ingresado al área de terapia intensiva del Hospital ABC de Santa Fe, sin embargo, se limitó a brindar más detalles por respeto a su colega.
Un día después de los hechos, el periodista actualizó, esta ocasión mediante su Twitter, que el analista se había sometido a una cirugía, de la cual salió en estado grave pero estable, por lo que agradeció las muestras de cariño que los internautas mostraron hacia su compañero.
“Gracias por las muestras de cariño para David Páramo. Él salió bien de la cirugía, está grave, pero estable”, posteó el comunicador en su cuenta oficial el sábado pasado.
¿Qué es un aneurisma?
En términos generales, un aneurisma es un bloqueo que suele producirse en las arterias, particularmente las lejanas al corazón, y pueden llegar a ser mortales, ya que perforan la arteria provocando un sangrado interno; cuando ocurre en el cerebro se le denomina aneurisma cerebral o intracraneal.
Éstos ocurren cuando hay una zona debilitada en la pared de un vaso sanguíneo, sin embargo, actualmente se desconocen las razones certeras que los provocan: algunos pueden presentarse desde el nacimiento o desarrollarse conforme pasa el tiempo.
También hay más probabilidad de desarrollarlos si se tiene antecedentes familiares con esta enfermedad, padece de alguna enfermedad como la poliquistosis renal, la coartación de la aorta y endocarditis, o cuando hay exceso de consumo en el alcohol, tabaco o drogas.
A pesar de ello, los aneurismas cerebrales suelen ser más comunes de lo que se cree. Se estima que una de cada cincuenta personas tiene esta enfermedad, pero solo una pequeña parte se rompen o presentan síntomas.
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