El pasado 15 de abril el Monitor de Sequía de México informó que el 85% del territorio nacional se encontraba bajo los efectos de una sequía. Esta es la sequía más severa que ha presenciado la población mexicana desde el 2011, cuando el 95% de la superficie fue afectada por este fenómeno.
México, por sus características geográficas, es propenso a pasar por este tipo de eventos hidrometeorológicos. Históricamente, el territorio mexicano tiene ciclos entre etapas con abundantes lluvias y temporadas secas. Sin embargo, entre los efectos de la crisis climática se encuentra la posibilidad de que las temporadas de sequías se vuelvan más prolongadas para finales del siglo XXI.
Sin embargo, los efectos de la crisis climática tendrán efectos diferentes a lo largo del planeta. Los países en desventaja económica, que tienen una mayor proporción de su población habitando contextos rurales, serán posiblemente los más afectados por este tipo de sequías.
La Dra. Eva Olimpia Arceo Gómez (Tec de Monterrey y Universidad de Berkeley, California), la candidata al doctorado, Danae Hernández Cortes (Universidad de Santa Bárbara, California) y el Dr. Alejandro López Feldman (CIDE), escribieron en un conjunto un artículo científico donde explican cómo es que las sequías afectan a las poblaciones que habitan en zonas rurales de México.
En su investigación encontraron que el ingreso per cápita de los hogares afectados por la sequía del 2011 se redujo en un 6%, aumentando 5 puntos porcentuales la probabilidad de que esas familias quedaran por debajo de la línea de la pobreza (indicador recuperado de la CONEVAL).
Las investigadoras esperaban, basadas en la literatura científica revisada, que otro de los efectos económicos de la sequía sería un aumento en la cantidad de mujeres que se verían obligadas a dejar el trabajo doméstico para buscar una labor asalariada. Sin embargo, encontraron que se profundizó la brecha de género en la participación dentro de las labores comerciales. Mientras que no hubo un cambio significativo para los varones, luego de la sequía del 2011 hubo un aumento del 3% en las mujeres que sólo se dedicaban al trabajo doméstico. En general, se redujo en un 2% la probabilidad de que algún adulto tuviera empleo.
En cuanto a las infancias, las investigadoras encontraron que los hombres en edad escolar (de 12 a 17 años) serán los más afectados. Para ellos, la probabilidad de atender a la escuela se redujo en un 3%.
Durante septiembre del año pasado, el conflicto por el agua en Chihuahua se volvió de relevancia nacional cuando escaló hasta la toma de las presas por agricultores de la entidad. Las y los chihuahuenses protestaban en contra de que se les quitara el agua para sus cultivos con el objetivo de cumplir con el Tratado de Aguas entre México y Estados Unidos (EEUU).
El geógrafo Gonzalo Hatch Kuri de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explicó a Infobae México que este y otros tratados internacionales tendrán que adaptarse en este siglo a los efectos de la crisis climática. Sin embargo, de manera más inmediata, los efectos de la sequía se verán más severamente en poblaciones agrícolas que no tienen acceso al sistema de riego que depende de las presas, las cuales representan un 79% de la superficie agrícola total.
El Dr. Samuel Sandoval Solís, especialista en el manejo de aguas por el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad de Austin Texas, explica que “Lo que nos está pasando últimamente es que el clima es bipolar. En inglés le llaman ‘Whiplash’, que es como si dieras un latigazo. Se le dice así porque se tienen años muy secos y luego muy húmedos”. Según él, este podría ser otro de los efectos de la crisis climática.
De tal forma que, según el escenario que describe el académico, la región podría pasar de años con huracanes y lluvias (como las que azotaron a Centroamérica el año pasado, provocando oleadas de migrantes) directamente hacia temporadas secas que profundicen las desigualdades económicas de las regiones rurales que dependen del clima.
Las autoras del artículo “Sequías y bienestar en hogares rurales: Evidencia desde México” concluyen que es necesario que el gobierno mexicano recopile información más detallada sobre los efectos de estos eventos hidrometeorológicos para poder desarrollar estrategias de prevención para los sectores más vulnerables ante dichos fenómenos.
Ellas resaltan que encontraron evidencia indirecta de que en las regiones rurales donde los habitantes están más acostumbrados a las sequías, los efectos por la sequía del 2011 fueron menores respecto a las regiones donde las precipitaciones son más abundantes.
Esto, según ellas, sugiere un nivel de adaptabilidad en las regiones más secas. Sin embargo, aclaran que no hay suficiente información para comprobar esa hipótesis. Además, ellas consideran que un estudio de esas capacidades adaptativas será de especial importancia para reducir la vulnerabilidad de los hogares rurales ante los efectos de la crisis climática.
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