“La Güera” Rodríguez
Nacida en el seno de una familia ilustre, doña María Ignacia Rodríguez de Velasco, conocida simplemente como la Güera Rodríguez, fascinó a toda persona que se cruzaba en su camino. Su padre fue un regidor perpetuo de la Ciudad de México y su madre era hija de un mayorazgo, razón por la que pudo entrar con facilidad a los círculos de la élite mexicana.
A los 17 años se casó con José Jerónimo Villamil, futuro heredero de un mayorazgo y subdelegado de Tacuba, durante los 15 años que duró el matrimonio nacieron seis hijos, de los cuales uno falleció.
Se dice que la relación fue tormentosa debido a los celos de su esposo, quien en un arrebato de furia le disparó una bala fallida. Villamil fue arrestado y posteriormente puesto en libertad, sin embargo, presentó una demanda de divorcio eclesiástico, acusando a su mujer de “adulterio sacrílego”. Finalmente, el capitán falleció y desistieron sus ataques a Rodríguez.
Viuda a los 27 años y con problemas económicos, la Güera contrajo nupcias el 10 de febrero de 1807 con el doctor Juan Ignacio Briones, un señor acaudalado que murió a los seis meses de la boda. En este momento, sus condiciones económicas cambiaron al quedarse con una buena herencia. Además de ocuparse de su vida familiar, la viuda María Ignacia estaba involucrada en asuntos políticos, en esos años se vivía el movimiento independencista en México.
Así pues, también se le relaciona sentimentalmente con Simón Bolívar, en ese momento con 16 años de edad. También destaca el romance clandestino que sostuvo con Agustín de Iturbide, quien en ese entonces estaba casado con Ana Huarte.
La Malinche
Malitzin o la “Malinche” fue una mujer clave en el sometimiento de los pueblos mesoamericanos bajo el yugo español. Sin embargo, los relatos históricos la ubican como una villana que traicionó a los mexicas para ayudar a Hernán Cortés y sus aliados a “conquistar” el territorio que actualmente se conoce como México.
De acuerdo con Bernal Díaz del Castillo, doña Marina, nombre cristiano que le dieron los españoles, era hija de los caciques de Painala, cerca de Coatzacoalcos. Cuando su padre murió, la joven fue dada a unos indios de Xicalango, quienes a su vez la entregaron a indígenas de Tabasco y, posteriormente, estos la cedieron a Cortés a su paso por el lugar.
Para los españoles, Malitzin resultó una pieza determinante, pues al hablar distintos idiomas se podía comunicar con Moctezuma en náhuatl y traducirlo a maya, a fin de que Jerónimo de Aguilar, aquel naúfrago que había llegado a las costas de Yucatán, comunicara el mensaje en castellano a Hernán Cortés.
En palabras de Bernal Díaz: “...fue tan excelente mujer y buena lengua [...] la traía siempre Cortés consigo y la doña Marina tenía mucho ser y mandaba absolutamente entre los indios en toda Nueva España”, indica el escritor.
Su relación sentimental con Hernán Cortés, con quien procreó un hijo, la llevó a ocupar un papel fundamental en la Nueva España.
Carlota de Habsburgo
La princesa de Bélgica, archiduquesa de Austria y condesa de Habsburgo, Carlota de Sajonia-Coburgo-Gotha, nació el 7 de junio de 1840. A los 17 años se casó con Maximiliano, el hermano menor de Francisco José -emperador de Austria, y después de un difícil paso por Italia, la pareja se trasladó al Castillo de Miramar, en Trieste.
Fue allí donde llegó un grupo de mexicanos a ofrecerles la corona del país. Maximiliano y Carlota aceptaron la propuesta, soñaban con construir un imperio en América.
En la Ciudad de México, la emeratriz Carlota formó su corte y se dio a la tarea de realizar obras de caridad y a ofrecer bailes en el castillo de Chapultepec, no obstante, tomaba las riendas del país cuando su esposo se refugiaba en la paz de Cuernavaca.
Su figura tan importante en México fue tal que inspiró la canción “¡Adiós, mamá Carlota!”. Se escribió una vez que la emperatriz abandonó el país rumbo a Europa, en busca de ayuda para sostener el imperio en decadencia de su esposo, luego de que Napoleón III los abandonara.
Incluso se entrevistó con el Papa, pero Carlota no logró su cometido y Maximiliano fue fusilado el 19 de junio de 1867 en el Cerro de las Campanas.
Sasha Montenegro
Aleksandra Aćimović Popović es el nombre real de “Sasha Montenegro”, quien incursionó en el cine por primera vez al lado del cantante José José. Nacida en Bari, Italia, el 20 de enero de 1946, se estableció en México a los 21 años.
Estuvo involucrada en la farándula y gracias a su personalidad, talento y belleza, se posicionó como una de las actrices más cotizadas del país. Luego de su incursión en Bellas de Noche, la cinta de ficheras en México, Sasha comenzó su carrera de vedette.
Sin duda, uno de los eventos que más marcó su vida fue la relación que vivió con el ex mandatario mexicano, José López Portillo, con quien incluso llegó al altar y tuvo dos hijos. El político y la actriz se conocieron en los años 70 y comenzaron un romance aunque él se encontraba casado con Carmen Romano.
Lo anterior no fue un impedimento, pues el ex mandatario se divorció y contrajo nupcias con Montenegro, su apasionada relación se tradujo en dos hijos, Nabila y Alexander. Sin embargo, la pareja decidió separarse en 2004.
Elena Garro
Elena Garro nació en Puebla el 11 de diciembre de 1916 y es reconocida por incursionar en el periodismo, guionismo y escritura. Los géneros que abordó son el realismo mágico y la literatura fantástica, lo que la posicionó como la renovadora de este movimiento.
Fue en Iguala, Guerrero donde pasó los primeros años de su vida. Su obra Los recuerdos del porvenir está inspirada en dicho sitio y el movimiento cristero. En su adolescencia, Garro se trasladó a la Ciudad de México a concluir sus estudios secundarios y posteriormente estudió en el Antiguo Colegio de San Idelfonso. Más delante entró a la carrera Letras Españolas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al tiempo que se dedicó a la danza como bailarina y coreógrafa.
En 1937 contrajo matrimonio con el escritor Octavio Paz en 1937, posteriormente, a la edad de 21 años viajó con él a España para asistir al II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas para la Defensa de la Cultural.
Caracterizada por ser una mujer comprometida con causas como la recuperación de tierras en favor de los campesinos de Morelos, su polémica y no comprobada intervención en las manifestaciones estudiantiles que terminaron en la masacre de Tlatelolco en 1968. Igualmente, la actitud crítica hacia el comunismo y su acercamiento a la política mexicana la pusieron en la mira.
Fue por ello que, Elena Garro vivió de manera clandestina en México. En 1972 la dramaturga inició, junto con su hija Helena, un exilio que duraría veintiún años entre Estados Unidos, España y París. Volvió en 1991 al país y llegó a decir que fue casi como un sueño.
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