El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) estableció que no se vacunaría al personal de salud que trabaja en clínicas, farmacias y hospitales privados, a pesar de ser un sector prioritatio para la inmunización en todo el mundo.
“Es una medida arbitratia y criminal”, aseguró el periodista Carlos Loret de Mola en su columna de Washington Post, pues la vacunación de estos profesionales ha sido negada bajo la postura de que “son personas con dinero” que tendrían que esperar el inmunizante según su rango de edad.
La organización de las vacunas en México ha seguido un esquema específico desde diciembre del 2020: primero los profesionales de la salud, luego los adultos mayores, profesores y, posteriormente, el resto de la población de acuerdo a su rango de edad.
Las autoridades han refrendado recientemente que harán esperar a los trabajadores privados, sin embargo, “No es nueva la postura. Meses atrás el presidente había dicho durante su conferencia matutina que los médicos privados solo ‘buscaban enriquecerse’ y que eran ‘mercantilistas’”, recordó el comunicador mexicano.
Además, el mandatario señaló que no considera que estos individuos del sector salud se encuentren en las “primera línea” de combate de la pandemia, por lo que “Dijo que les va a tocar la vacuna, como a cualquier ciudadano, por su rango de edad y será en los próximos meses”.
Esta decisión no solo ha causado indignación, también generó manifestaciones de profesionales de la salud que exigían ser vacunados contra la enfermedad, en medio del contexto en que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) calificó a México como el país más letal para este sector.
“Son trabajadores que no son ricos ni tienen para pagar un vuelo a Estados Unidos y conseguir ahí la ansiada vacuna”, aseguró Loret de Mola
“No es una sorpresa. AMLO ha mostrado repetidamente su arraigado prejuicio contra todo lo privado. Su gobierno es un catálogo de políticas públicas basadas en este prejuicio”, agregó.
Loret de Mola también acusó al presidente de haberse aferrado a su política de no destinar dinero público a las pequeñas empresas por considerarlas una práctica “neoliberal” y condenable.
“El prejuicio exhibe ignorancia”, señaló al recordar que el presidente “piensa que todos los empresarios del país son acaudalados corruptos que tienen yates y aviones privados”, a pesar de que el 99.8% de los establecimientos del sector privado son micro, pequeños y medianos.
López Obrador, aseguró, se ha esforzado por alimentar la narrativa de ricos contra pobres, estos últimos considerado el pueblo. “Y en su imaginería entre ideológica y bíblica, los ricos —los “fifís”, como les apoda despectivamente— encarnan la maldad, el delito, la impunidad, la corrupción y desde luego, la crítica periodística a su gobierno y la oposición política”.
Por otro lado, criticó que el tabasqueño busque que el Ejército tenga cada vez más incidencia en las obras púbicas. “Además, en la narrativa presidencial, incluso las universidades y escuelas privadas “le parecen un semillero de corruptos”.
“La firmeza con que se aferra a su prejuicio es inmune a las múltiples evidencias de la hipocresía subyacente”, asegura el periodista al señalar que gabinete presidencial se encuentra plagado de hombre y mujeres que estudiaron en el extranjero.
Recalcó, por otro lado, que tanto el presidente como su familia se han ido a atender a hospitales privados y estudiaron en escuelas de esta misma categoría.
“AMLO odia lo privado y tiene una fe ciega en lo público”, continuó Loret de Mola. “Habla como si antes de 1988, cuando inició la era de las privatizaciones, nadie nunca hubiera robado en las grandes empresas paraestatales. Eso es desconocer la historia, o ignorarla convenientemente”
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