Para los habitantes de Aguililla y del Aguaje que viven azotados por la violencia de grupos criminales , la visita de Franco Coppola, nuncio del Vaticano, representó un abrazo de consuelo que también dio cuenta del límite a que han llegado.
El recorrido de Coppola comenzó poco después de las 09:00 horas hacia Aguililla, Michoacán, donde arribó alrededor de dos horas después, según las transmisiones en vivo de Facebook de la Diócesis de Apatzingán. En su trayecto, a bordo de una camioneta con logos del Vaticano, ya era saludado por los pobladores. Al llegar a la cabecera municipal fue recibido con Mariachis.
De acuerdo con reportes de la prensa local, se conjuntaron alrededor de dos mil personas en el evento cuyo fin era llevar un mensaje de paz, pues se trata de un territorio de la guerra que se ha intensificado desde hace medio año entre Cárteles Unidos y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Antes de la misa de medio día, el embajador religioso pasó por Bonifacio Moreno, el Aguaje, donde recibió testimonios de aquellos que sobreviven en un pueblo fantasma, con casas agujeradas por impactos de bala. Ahí supo que solo quedan unas 300 personas de casi dos mil que eran antes de la batalla del narco.
“La víctimas de la violencia las hemos perdido físicamente, pero sus nombres están grabados en el corazón del señor. Esos nombres de estas personas, por todos ellos vamos a ofrecer este sacrificio”, dijo en la homilía.
Previamente había escuchado en privado y sin intervenciones, los testimonios desgarradores de los pobladores. Ahí se enteró de los bloqueos, las balaceras, los decapitados y el drama constante de morir en el fuego cruzado.
Cristóbal Asencio, obispo de Apatzingán que colaboró para la visita, denunció que Aguililla como el resto de la región fue dejada en el abandono por parte de las autoridades. De ahí que los grupos delictivos se establecieron como dueños regionales y causaron el sufrimiento de miles de familias.
“Mi visita no sirve para desafiar a nadie ni regañar a nadie, vine solo a hacer sentir a esta población que la Iglesia está cerca, está ahí, está presente; no están solos ni serán abandonados”, dijo Coppola en una rueda de prensa luego de la misa oficiada.
A unos 80 kilómetros de Aguililla, en la zona de Pueblo Viejo del municipio de Buena Vista, usuarios en redes sociales reportaron una balacera entre presuntos grupos criminales.
La Secretaría de Seguridad del estado informó que había realizado un despliegue en coordinación con la Guardia Nacional y elementos ministeriales para inspeccionar tanto a vehículos como a personas. Presuntamente, los supuestos sicarios ingresaron a viviendas para resguardarse y atacar desde ese punto a sus oponentes. La misa en Aguililla se desarrollaba por esas horas.
Luis Segura, cura de Aguililla dijo que se vieron desbordados por la visita del nuncio y tuvieron que adaptar el recibimiento en la cancha de básquetbol de la escuela Josefa Ortiz de Domínguez.
Coppola ofreció una rueda de prensa donde contó que él quiso invitarse a Aguililla para visibilizar la violencia y estar de lado de los fieles católicos. Ya en redes sociales había visto los horrores de las masacres. Prometió que volvería si deciden considerar su presencia en otras zonas de Michoacán para celebrar en vez de recoger lágrimas.
Criticó los altos índices de homicidios dolosos que, según datos de la Secretaría de Seguridad federal, fueron 34 mil 515 en 2020 y en 2019, 34 mil 648.
“Me comentaron, señor, no hable tanto de la violencia que hay en México, esto dañó al turismo, la gente después no viene por miedo de la violencia, pero de esta manera dejan sola a la población”, acusó sin precisar cuándo ni qué funcionario le hizo tal petición.
El llamado “Mensajero de la Paz, Justicia y Reconciliación”, hizo un llamado porque no haya silencio en la prensa sobre los hechos violentos, porque eso es aprovechado por los agresores: “el crimen aprovecha la soledad de su objetivo”, afirmó.
Agregó que el deber de la Iglesia es estar del lado de su pueblo y actuar constantemente para no dejar espacio al crimen organizado. Advirtió que esta situación de violencia es resultado de años de abandono y no solo es Michoacán, sino todo el país.
“Donde se implanta y florece la mafia es donde el estado no está”, aseveró. Franco Coppola se retiró de la conferencia y llegó a otra misa en el Aguaje, entre las 16:00 horas, donde la población también se desbordó, necesitada de un aliento de paz entre tanta violencia cotidiana. De ahí volvió a la sede católica de Apatzingán.
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