De Victoriano Huerta a Luis Echeverría: por qué se les señala como “traidores”

Desde golpes de Estado hasta masacres estudiantiles, estos han sido los episodios que han marcado los libros del país

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Las acciones de algunos personajes
Las acciones de algunos personajes los llevaron a pasar a la historia como "traidores" (Fotoarte: Jovani Pérez / Infobae)

La historia de México está hecha de vencedores y vencidos, de héroes y villanos, sin embargo, es difícil diferenciar quiénes fueron verdaderamente los responsables de los peores episodios del país.

<b>Manuel de la Peña Peña firmó el acuerdo para ceder la mitad del territorio</b>

Los libros de historia señalan a Antonio López de Santa Anna como el máximo responsable de la pérdida de más de la mitad del territorio mexicano. No obstante, algo que no se sabe es que quien realmente firmó el tratado fue el presidente interino Manuel de la Peña y Peña.

En el tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado en febrero de 1848, Estados Unidos obligó a dicho personaje a ceder al país vecino los estados norteños de México. Posteriormente, en mayo de ese mismo año, el Congreso aprobó la cesión acordada en dicho documento, cuando José Joaquín Herrera acababa de asumir la presidencia.

Manuel De la Peña y
Manuel De la Peña y Peña firmó el acuerdo para ceder la mitad del territorio mexicano a EEEUU (Foto: Seculta)

Si bien Santa Anna vendió la Mesilla, territorio con una extensión relativamente pequeña, no se le puede atribuir la pérdida de Nuevo México, la Alta California, Texas y la parte de Tamaulipas que estaba entre los ríos Nueces y Bravo.

“En resumen, el caso de Santa Anna es solamente uno de los ejemplos de cómo un personaje histórico se tornó en un mito negativo. Su aura encarna todos los vicios y defectos posibles de un político y en México se convirtió en uno de los símbolos de la traición; opuestos a él están los protagonistas de la historia que destacaron por sus virtudes”, refiere la investigadora alemana Ute Seydel.

Victoriano Huerta el hombre que traicionó las causas de la Revolución

Victoriano Huerta fue presidente de
Victoriano Huerta fue presidente de México de 1913 a 1914 luego de encabezar un golpe de Estado al gobierno De Francisco I. Madero (Foto: Twitter@INEHRM)

En 1912, cuando Francisco I. Madero era presidente de México, Victoriano Huerta se convirtió en uno de los personajes más odiados de la historia del país. Nació en Colotlán, Jalisco, el 23 de marzo de 1945 y fue presidente de México entre 1913 y 1914 como resultado de un golpe de estado.

De acuerdo con Rafael Hernández Ángeles, investigador del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), el general Huerta trató de ganar, a toda costa, poder militar dentro de la administración maderista.

Ante las dudas que generaba en Madero la lealtad de Francisco Villa, el mandatario lo dejó bajo las órdenes del general. Aunque a este no le pareció adecuada la decisión, posteriormente buscó halagar el ego de Villa; a sugerencia suya, le pidió al presidente Madero hacerlo “general honorario”, sin embargo, dicha decisión fue contraproducente, pues los militares federales trataban a Villa con desprecio.

Cuando finalizó la campaña militar en contra de Orozco, Villa consideró que su presencia ya no era necesaria y que podría volver a su casa a continuar con su vida cotidiana. Esto fue utilizado por Huerta para eliminarlo, pues acusó que su conducta era un acto de rebelión.

Victoriano Huerta intentó fusilar a
Victoriano Huerta intentó fusilar a Venustiano Carranza (Foto: Twitter@INEHRM)

“Le ordenó al coronel Guillermo Rubio Navarrete que barriera con las ametralladoras el cuartel de Villa, pues había recibido informes de que éste intentaba rebelarse”, señaló el experto del INEHRM. El intento de fusilamiento falló, por lo que fue apresado en la Ciudad de México y posteriormente se fugó del penal.

La Decena Trágica es también un capítulo oscuro en la historia, pues fue el golpe de Estado que derrocó a Francisco I. Madero como presidente de la República Mexicana a manos de Victoriano Huerta.

Era 1913, tres años después de que comenzara la Revolución Mexicana. La guerra había quitado del poder al dictador Porfirio Díaz y colocado a Madero, quien tenía ideas más cercanas a las respuestas que necesitaba la población. En ese año, el militar ordenó en 1913 los asesinatos de Francisco I. Madero y de José María Pino Suárez tras una emboscada en la que también capturó al general Felipe Ángeles.

Después de esta traición, Venustiano Carranza no aceptó su presidencia y desconoció su gobierno en el Plan de Guadalupe por lo que congregó a un grupo de revolucionarios que compartían su causa de derrocar a Huerta.

Luis Echeverría Álvarez, el hombre detrás de Tlatelolco

Luis Echeverría era secretario de
Luis Echeverría era secretario de Gobernación durante el mandato de Gustavo Díaz Ordaz (Foto: INAH)

“El 2 de octubre no se olvida”, una frase recurrente en el imaginario mexicano que recuerda el momento en el que se ejecutó el asesinato de decenas de estudiantes en la plaza de las tres culturas, Tlatelolco. Aunque en el año de 1968, Gustavo Díaz Ordaz era el presidente de México, quien estuvo involucrado directamente en tal atrocidad fue Luis Echeverría Álvarez, entonces titular de la Secretaría de Gobernación.

Con la seguridad nacional a su cargo, tuvo lugar la masacre de los estudiantes concentrados pacíficamente en la Plaza de las Tres Culturas de la Ciudad de México.

En 1999, el historiador Enrique Krauze sostuvo una conversación con Echeverría Álvarez, en la cual el expresidente habló sobre sus acciones al frente de Segob durante los eventos del 68.

“¡Fue una intervención mínima, un llamado a la reflexión y al diálogo, y la verdad el ejército lo maneja el comandante supremo de las Fuerzas Armadas, que es el presidente”, señala una publicación de la revista Letras Libres.

El político mexicano también fue
El político mexicano también fue señalado como el responsable de una segunda represión estudiantil el 10 de junio de 1971, llamada “El Halconazo” (Foto: INAH)

El político mexicano también fue señalado como el responsable de una segunda represión estudiantil el 10 de junio de 1971, llamada “El Halconazo”. La cifra resultante de este evento fue de 17 muertos.

En 2005, Luis Echeverría Álvarez fue acusado por delitos de lesa humanidad, particularmente por genocidio. Estos señalamientos incluían a la llamada “Guerra Sucia”, una campaña de represión de baja intensidad dirigida a frenar a los movimientos de oposición surgidos después de la masacre de 1968.

El proceso judicial lo vivió en arresto domiciliario y dos años más tarde fue exonerado de los cargos. El juez consideró que, si bien había elementos para asegurar que en Tlatelolco ocurrió un genocidio, no existían pruebas suficientes que inculparan directamente a Echeverría. El fallo fue ratificado por el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal en 2009.

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