Porfirio Muñoz Ledo, el expresidente de la junta parlamentaria de la Cámara de Diputados, y miembro del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), dio un fuerte discurso al frente de sus compañeros, acerca de la ampliación del mandato del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
En primer lugar, aseguró que la verdadera discusión gira en torno a la dignidad de las instituciones en México, así como de la honorabilidad del Congreso de la Unión.
Y en ese contexto, advirtió que se opondrá con todo su carácter político al transitorio, mismo que consideró como una “violación tan flagrante, innecesaria y reversible a la constitución”.
“Me opongo con todo el esfuerzo memorioso que hemos hecho desde 1988 para instaurar en el país un orden democrático, y no de una República autoritaria, a este insensato proyecto de violar la constitución política del país”, consideró.
A pesar de ello, consideró que las reformas a las leyes de la FRG, así como a la del poder judicial de la federación son positivas, e incluso innovadoras, y “transgreden viejos tabús e infundadas separaciones de poderes”
Ya aseguró que el proyecto fue fruto de una interrelación válida entre el legislativo y el judicial, pero no el artículo decimotercero transitorio, mismo que, aseguró “nadie conocía y nadie había leído”.
Y dirigió un mensaje al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador:
“Al día siguiente, el jefe del estado mexicano hace un elogió de lo que se ha introducido, aun antes de que se haya aprobado. Tal actitud y las consecuencias que tiene para el equilibrio político del país, son en extremo grave. Se está y se podría estar cometiendo perjurio en este caso”.
Y aseguró que todos aquellos que voten a favor de la iniciativa, estarían incurriendo en perjurio, o la falta a la protesta que se ha hecho como servidor público.
“Jugaron con la mano derecha: cumplir y hacer cumplir la constitución, pero la están vejando a consciencia”, dijo.
Además, consideró que quienes están a favor, lo hacen únicamente por órdenes, pero aprovechó para recordar a su partido que “no somos rebaño, no somos manada, no somos cardumen, somos diputados de la nación y hemos jurado cumplir la constitución y habremos de imponerla”.
En este sentido, aseguró que aquello le duele que haya una “violación” de sus compañeros de partido a las leyes del mismo, y comenzó con el artículo nueve de los fundamentos de Morena:
“No hay pensamiento único sin los principios democráticos en torno a un objetivo común. Trabajamos para que México se consolide como una nación diversa y pro cultural, fundada en la libertad de creencias y de cultos, equidad de oportunidades para todos los mexicanos, reduciendo las diferencias entre los que más tienen y menos poseen, y para acabar con la opresión. nos pronunciamos por conducir nuestras actividades por medios pacíficos y la vía democrática”.
Sin embargo, dijo, aquello que más le duele, incluso al filo de poder decantarse por una salida del partido que ahora lo arropa, es que no se respeta la libertad de expresión.
“En Morena habrá libertad de expresión, de puntos de vista divergentes, no se admitirá forma alguna de presión o manipulación de la libertad de los integrantes de nuestro partido por grupos internos y facciones”, leyó desde los fundamentos del partido.
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