Felipe Calderón Hinojosa, ex presidente de México (2006-2012), aseguró que la violencia en Aguililla, Michoacán, se resolvería con la misma estrategia que implementó durante su gobierno, el de combate frontal contra las células delictivas y uso de la fuerza pública.
El ex mandatario reprochó la política implementada por Andrés Manuel López Obrador, actual jefe del Ejecutivo, e ironizó sobre hacer frente al crimen organizado con abrazos. Entrevistado por la presentadora Adela Micha, en su canal de YouTube de La Saga, el ex panista exigió que la administración federal asuma sus responsabilidades en el tema de Seguridad.
“La violencia de Aguililla, eso que no pudo entrar ni el gobernador que tuvo que entrar por helicóptero, esta farsa de Estado mexicano que deja a las familias indefensas, que las extorsionan, que les secuestran a los hijos, que se llevan a sus niñas, que les quitan lo que ganan en la huerta de limón o de aguacate, eso es responsabilidad de este gobierno”, acusó Calderón.
Fue el pasado 13 de abril cuando Silvano Aureoles Conejo, gobernador de Michoacán, acudió sin avisar a la población de Aguililla para atender el descontento de los habitantes, quienes ya estaban y siguen bajo asedio por la disputa territorial entre Cárteles Unidos y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Aunque el perredista prometió desbloquear las vías de comunicación, su visita destacó porque empujó a un profesor del municipio, quien se manifestó para exigir paz y tranquilidad.
Al respecto de la crisis, Calderón afirmó que si volviera a tener la oportunidad de tomar decisiones al frente de la presidencia, no cambiaría sus políticas a las del sexenio 2006-2012, una etapa conocida como de la “guerra contra el narco”, que dejó más de 130,000 personas asesinadas y unos 26,000 desaparecidos.
“Y sí, yo volvería a usar toda la fuerza pública para defender a los ciudadanos en Aguililla y en cualquier parte del país, porque ahora no hay quien los defienda”, se exaltó el ex presidente con algunos golpes en la mesa y el puño cerrado.
Cuando menos desde el pasado 31 de marzo, Agulilla se ha visto envuelta en una escalada de violencia entre el CJNG, que pretende tomar el territorio, contra Cárteles Unidos, facción de remanentes criminales que resisten al asedio para defender la plaza. Aguililla representa un trofeo para el líder del CJNG y originario de la demarcación, Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho.
Las disputas recientes han dejado cuando menos ocho personas decapitadas, desplazamientos de habitantes, así como diversas denuncias ciudadanas sobre la presunta omisión de las autoridades.
Ahora Calderón insiste en que el supuesto repliegue ordenado por López Obrador y el discurso de pacificación no resolverán problemas de inseguridad, mucho menos serán mesas de diálogo.
“Ahora hay zonas de Guerrero donde no, todo se va a resolver por el diálogo, ¡no se va a resolver por el diálogo, no se va a resolver por los abrazos!, ¡se va a resolver con la fuerza pública que para eso está, para aplicar la ley!, defender a las familias, restablecer las condiciones de seguridad donde no hay”, aseveró.
El concilio del llamado Cárteles Unidos agrupa a los Viagras, la Nueva Familia Michoacana y los Blancos de Troya. Algunas de estas facciones simulan ser autodefensas para legitimar retenes, armamento, vigilancia nocturna y rechazo de la autoridad. Sin embargo, pretenden resistir el asedio del Cártel Jalisco Nueva Generación y no perder la plaza de Michoacán para seguir con ilícitos como el narcomenudeo, la fabricación de droga y extorsiones a productores de limón y aguacate.
Aguililla, junto con Bonifacio Moreno (el Aguaje), Tepalcatepec y Apatzingán están en los límites con Jalisco. Presuntamente, la batalla también es por el acceso al Puerto de Lázaro Cárdenas, a donde podrían llegar precursores químicos desde China para la síntesis de fentanilo y metanfetaminas. Michoacán fue la entidad donde Calderón inició la guerra contra el narco y hasta la fecha, la violencia solo se ha agudizado en ese estado como en el resto del país.
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