La Fiscalía General de la República (FGR), en coordinación con Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo (SCRPPA), en su Delegación de Jalisco, incineró más de una tonelada de distintas drogas que fueron aseguradas en diversos operativos de los tres niveles de gobierno.
Todas las sustancias estuvieron relacionadas con diversas indagatorias, iniciadas por la probable comisión de delitos contra la salud.
En las llamas se consumieron 760 kilos 423 gramos 800 miligramos de marihuana, 333 kilos 437 gramos 800 miligramos de clorhidrato de metanfetamina, tres kilos 698 gramos 100 miligramos de semillas de marihuana, un kilo 575 gramos 900 miligramos de sustancia negativa y 29 gramos de plantas de marihuana.
También se incineraron 10 gramos 900 miligramos de metanfetamina, 475 gramos 800 miligramos de heroína, 321 gramos 400 miligramos de sustancia que contiene metanfetamina, cuatro gramos 700 miligramos de sustancia que contiene cocaína y 31 gramos de clorhidrato de cocaína.
Además se incluyeron cinco gramos de semillas de amapola, 62 gramos 500 miligramos de tetrahidrocannnabinol y cuatro mil 104 unidades de psicotrópicos como son clorhidrato de fentanilo, clorhidrato de metanfetamina, oxicodona, entre otros.
El fentanilo es una de las principales preocupaciones de la Drug Enforcement Administration (DEA) de los Estados Unidos por la manera en que la droga se ha introducido en su país. La DEA ha expresado al gobierno mexicano su interés en que se realicen mayores esfuerzos por detener el tráfico de este narcótico a su territorio.
El fentanilo se caracteriza por su difícil detección en los filtros caninos y también por su letalidad. Este narcótico es un opioide sintético que en cantidades suficientes puede producir efectos alucinógenos, sin embargo, las dosis para conseguir dichos efectos se acercan mucho a aquella que resulta letal para los seres humanos. Por esta razón, las muertes por sobredosis accidental a causa del fentanilo son muy comunes, explicó el equipo de Univisión Investiga.
El evento de incineración se llevó a cabo en Zapopan, Jalisco, donde se contó con la participación de peritos en materia de química y fotografía. La identificación, conteo, pesaje y toma de muestras, fue supervisada por personal del Órgano Interno de Control (OIC) de la FGR.
Aunque la práctica de quema de narcóticos para su destrucción lleva años organizándose por autoridades judiciales en el país, el historiador y ensayista del Colegio de México, Froylán Enciso, escribe sobre una época en que la quema de drogas tenía fines recreativos. Según escribe en su libro Nuestra historia narcótica: Pasajes para (re) legalizar las drogas en México, durante la Revolución Mexicana, los caudillos de la época llevaban una relación estrecha con la marihuana.
Incluso recupera el libro Tropa Vieja del general revolucionario Francisco Urquizo donde narra episodios donde disfrutaban los efectos relajantes de dicha planta, a veces, incluso, en compañía del mezcal.
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