Este martes 20 de abril, la Fiscalía General de la República (FGR) anunció que le dictaron 20 años de prisión a Javier Guadarrama Ríos, quien trabajaba bajo las órdenes de Santiago Mazari Hernández, “El Carrete”, líder del grupo delictivo Los Rojos, organización criminal que opera en el estado de Morelos.
Fue a través de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) que se obtuvo esta sentencia derivada del delito de delincuencia organizada (con la finalidad de cometer delitos contra la salud y secuestro).
Quien fuera también identificado como Francisco Jiménez Pano, tuvo varios alias, tales como “Angeló”, “Duvalín”, “Duva” o “Ángel”. Fue detenido en mayo de 2016 por elementos de la entonces Policía Federal en la colonia Juárez Primera Sección, de Villa Nicolás Romero, Estado de México, en cumplimiento a un mandato ministerial en su contra.
En junio de ese año, el Juzgado Quinto de Distrito en el estado de Morelos con sede en Cuernavaca ejerció acción penal en su contra por el delito referido, por lo que se dictó auto de formal prisión en su contra dos días después, y fue enviado al Centro Federal de Readaptación Social Número 14 “CPS-Durango”, donde radicó hasta este martes.
De acuerdo con las autoridades, Francisco o Javier operaba bajo las órdenes de “El Carrete”, líder de Los Rojos, organización criminal que, de acuerdo con la DEA, es una escisión del cártel de los Beltrán Leyva que se encarga de generar violencia en las regiones mexicanas donde están activos.
Las principales entidades donde ha existido registro de su accionar han sido Guerrero, Puebla y Morelos. Fueron involucrados en tráfico de heroína. Su liderazgo se ha visto modificado con mayor frecuencia, a comparación de otros cárteles, debido a los arrestos de sus miembros.
Por ejemplo, el último en ser aprehendido fue “El Carrete”, quien el 1 de agosto de 2019 se le incautó su teléfono móvil con 11,699 mensajes de audio. Se trataba de conversaciones entre ese sujeto y diversos colaboradores, pero también con autoridades federales, estatales y municipales.
Hasta su captura, se mantuvo escondido en el municipio sierreño de Leonardo Bravo por varias semanas, donde incluso llegó a poner trampas y granadas para las autoridades que le seguían el paso.
“El Carrete” formaba parte del grupo de guardaespaldas de Beltrán Leyva. Sin embargo, la tarde en que su jefe fue asesinado en un departamento de Cuernavaca, Morelos, éste se encontraba lejos. Pocos días antes había sido aprehendido en la capital mexicana.
En 2010, luego de recuperar su libertad con el pago de una fianza de 5 millones de pesos, Mazari se convirtió en el jefe de plaza de Amacuzac, Tetecala, Puente de Ixtla y Acatlán. Y al mismo tiempo uno de sus tíos, Alfonso Miranda, se convertía en el presidente municipal de Amacuzac.
Con las autoridades de su lado, sólo fue cuestión de tiempo para que terminara convirtiéndose en el jefe absoluto de Morelos, estado colindante con Guerrero. Entre 2010 y 2012 los secuestros crecieron 58 por ciento en toda la entidad. Los homicidios pasaron de 559 a 862 en un año y las extorsiones alcanzaron una tasa de 35 por cada 100 mil habitantes.
De acuerdo con el periodista Héctor de Mauleón, durante su mandato “El Carrete” financió campañas políticas, impuso a jefes policiacos y asesinó a miles de rivales; entre ellos funcionarios, candidatos y policías.
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