Dos aviones estuvieron a punto de estrellarse, al viajar en direcciones encontradas, luego del rediseño del espacio aéreo por el aeropuerto de Santa Lucía, zona ubicada en el Valle de México.
José Alfredo Covarrubias, secretario general del Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (Sinacta), confirmó estos hechos a El Financiero, explicando que en ese momento, los controladores no tuvieron la información de las coordenadas correctas para dar indicaciones precisas a los pilotos.
Cabe mencionar que dicho rediseño se realizó debido a las futuras operaciones de la nueva terminal aérea llamada Felipe Ángeles, y la primera etapa de ese procedimiento fue implementada el pasado 25 de marzo para la operación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y el de Toluca.
Además el líder sindical advirtió para dicho medio que todo el rediseño del espacio aéreo “puede poner en riesgo (la navegación); pero el controlador su función es que no pasen accidentes, tiene que estar vigilante, le exige mayor atención sobre el radar para evitar accidentes, pero ya hubo reportes de que un par de aviones tuvieron que hacer maniobra evasiva”.
Asimismo apuntó que Servicios a la Navegación Aérea en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) oculta los reportes de posibles accidentes, con el riesgo de atentar, advirtió, contra la seguridad de las operaciones, además de complicar las maniobras para los controladores.
Covarrubias agregó que tanto las autoridades de la Seneam como las de la Agencia Federal de Aviación Civil buscan quedar bien con el presidente Andrés Manuel López Obrador en todo lo relativo al aeropuerto de Santa Lucía, que es uno de sus proyectos insignia.
“Nosotros estamos interesados en que funcione esto, en que la seguridad mantenga los estándares esperados”, insistió el líder sindical, sin detenerse al denunciar que las verificaciones en el simulador de tránsito aéreo necesarias para el arranque del rediseño del espacio aéreo no se realizaron porque el simulador estaba descompuesto.
Y agregó que el gremio ha intentado acercarse a las autoridades en materia aeronáutica a raíz de todas estas situaciones riesgosas, sin embargo, lamentó que no han tenido respuesta alguna.
El pasado 10 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador, inauguró la base militar del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, ubicado en Santa Lucía. Para eso abordó un vuelo procedente del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, con destino al nuevo aeropuerto.
El mandatario se congratuló por la “sabia decisión” que tomó al cancelar en 2018 las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que tenía un costo estimado de 400.000 millones de pesos (cerca de 20.000 millones de dólares).
Aseguró que el nuevo aeropuerto civil en la Base Militar de Santa Lucía estará listo en marzo de 2022, mientras que el NAIM, proyecto del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), se concluiría en 2024 en el Lago de Texcoco, Estado de México.
“Es el aeropuerto más importante que se esté construyendo en el mundo y es un fenómeno en la ingeniería civil porque se está haciendo en tiempo récord y nos estamos ahorrando, de acuerdo al proyecto original de Texcoco, 230.000 millones de pesos (11.500 millones de dólares)”, sostuvo.
López Obrador recordó que él canceló la obra del NAIM al llegar a la Presidencia, apoyado en una consulta ciudadana y como alternativa presentó la Base Aérea Militar de Santa Lucía, en el vecino Estado de México.
Voló desde el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM) al nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles para demostrar que ya funcionan las pistas, donde podrán aterrizar aviones militares y comerciales.
“Esto es una hazaña de la construcción, de la ingeniería, que ha estado a cargo de la Secretaría de la Defensa, de los ingenieros militares, el que en tan poco tiempo se tenga ya terminada la base aérea del aeropuerto Felipe Ángeles”, dijo entonces.
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