La “Barbie”, el “Mencho”, el “Chapo”: la violenta realidad detrás de los apodos de los narcos

Los sobrenombres se han enquistado en el crimen organizado como una infame huella de anécdotas, actitudes, vicios y hasta temperamentos de los criminales

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El origen de los apodos de los narcos (Ilustración: Jovani Silva/Infobae México)
El origen de los apodos de los narcos (Ilustración: Jovani Silva/Infobae México)

Los apodos se han convertido en un arma más de los narcos en México. Muchos de ellos los tienen desde niños, otros, simplemente se los ganaron durante su carrera criminal, pero todos tienen algo en común: se trata de una característica del lenguaje cotidiano en la narco cultura.

El mote —nombre que se da a una persona en vez del suyo propio— se ha enquistado en el hampa de México como una huella que emana anécdotas, actitudes, vicios y hasta temperamentos de los narcotraficantes. También, retratan su lugar de nacimiento, vivencias y a la familia.

El Marro

En México, un marro es una herramienta similar a un martillo que consiste en una gran cabeza metálica. A José Antonio Yépez Ortiz, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima (CDSL) le apodan así por su cabeza compacta, como la de un buda de piedra, dicen en Guanajuato. El narco creció en una zona rural de Santa Rosa de Lima, en el municipio de Villagrán, donde la mayoría de los jóvenes emigra a Celaya para trabajar en las maquiladoras.

Alias el Marro se erigió como líder del cártel tras su paso en la prisión en 2008. Cuando sus actividades delictivas le generaron millones, se hizo de mansiones con grandes piscinas, túneles y murallas. En 2019 amenazó a presidente, Andrés Manuel López Obrador, pero hoy duerme en la cárcel.

José Antonio Yépez Ortiz es apodado el Marro, por su cabeza amazacotada (Foto: Infobae México/Jovani Silva)
José Antonio Yépez Ortiz es apodado el Marro, por su cabeza amazacotada (Foto: Infobae México/Jovani Silva)

El Chino Ántrax

José Rodrigo Aréchiga Gamboa (1980-2020) adoptó el nombre de Ántrax para simbolizar con ello su aparente letalidad. De origen humilde —como casi todos los capos en Sinaloa—, dilapidó su poder en fiestas suntuosas, parrandas interminables y lujos extravagantes, que lo llevaron a ser detenido el aeropuerto de Ámsterdam en 2014. Seis meses después fue extraditado a Estados Unidos, donde fue procesado en una corte de San Diego. El juicio se selló y solo se hicieron públicas la acusación y la sentencia, más no los pormenores del caso.

El Chino Ántrax llegó a acuerdos con la fiscalía estadounidense, y fue condenado a la irrisoria cantidad de siete años de prisión y años más tarde, en 2020, fue enviado a un confinamiento domiciliario.

El miércoles 6 de mayo del 2020, el gobierno de EEUU reportó que Aréchiga Gamboa no se encontraba en el inmueble donde purgaría su condena de libertad condicional por cinco años. A penas 10 días después apareció asesinado en Culiacán, Sinaloa.

José Aréchiga, el Chino Ántrax fue asesinado el año pasado tras su regreso a Sinaloa (Foto: Infobae México/Jovani Silva)
José Aréchiga, el Chino Ántrax fue asesinado el año pasado tras su regreso a Sinaloa (Foto: Infobae México/Jovani Silva)

Mencho y/o Señor de los Gallos

Nemesio Oseguera Cervantes es un tipo duro, recio, de los que se hacen respetar. Un hombre de pueblo a la vieja usanza. De otra manera no podría haber formado con tanta eficacia la organización criminal más poderosa de México.

Nació en Michoacán —fronterizo con Jalisco, en el centro del país— en 1966. Mide 1.70 metros y pesa 68 kilos, según la ficha de la DEA. En el hampa, Oseguera Cervantes creció al amparo de Joaquín el Chapo Guzmán e Ignacio Nacho Coronel, y con la caída del último, el negocio del narco michoacano creció.

Desde entonces vive como fantasma, tan presente como ausente. Se han filtrado algunas fotografías de él y presuntos audios de su voz. Una de las pocas certezas es el origen de su alias: Mencho y/o Señor de los Gallos, bautizado así por su afición a las peleas de estas aves domésticas.

El Mencho y/o Señor de los Gallos, es apodado así por su afición a la pelea de estas aves domésticas (Foto: Infobae México/Jovani Silva)
El Mencho y/o Señor de los Gallos, es apodado así por su afición a la pelea de estas aves domésticas (Foto: Infobae México/Jovani Silva)

La Barbie

Pese a la estela de sangre que lo persigue, Édgar Váldez Villarreal no responde a la imagen del narco conocida por todos dentro y fuera de las fronteras mexicanas: con camisas de seda bordadas, botas de rodeo y cinturones de cuero repujado.

Este capo —el primer estadounidense en volverse figura central del narcotráfico en México— cuentan algunos artículos de la prensa local y los narcocorridos que lo ensalzan, era conocido como la Barbie por su ojos claros y piel blanca.

El periodista Diego Enrique Osorno lo identifica como el capo pionero en aprovechar la zona secreta en la se mueve el mundo del narco para buscar generar relatos e ideas que transitan entre la realidad y la ficción.

Váldez Villarreal nació en Laredo, Texas (EEUU) y muy joven se unió al cártel de Joaquín el Chapo Guzmán, donde sobresalió por su capacidad para negociar y corromper a las autoridades.

La Barbie conocido en el hampa por su frialdad y crueldad(Foto: Infobae México/Jovani Silva)
La Barbie conocido en el hampa por su frialdad y crueldad(Foto: Infobae México/Jovani Silva)

El Licenciado

La historia de este capo se remonta a 2001 cuando el Chapo Guzmán estaba en la prisión de Puente Grande, en Jalisco, donde Dámaso López era subdirector.

El Chapo logró escapar de ahí escondido en un carrito de servicio de lavandería de la prisión. Las autoridades confirmaron entonces que el líder del Cártel de Sinaloa salió de la cárcel con la ayuda y complicidad de los dirigente del penal, entre ellos Dámaso López, el Licenciado, apodado así por su nivel de escolaridad.

López, convertido en criminal y compadre de el Chapo, ingresó al Cártel de Sinaloa y escaló en la administración del grupo criminal. En 2018 fue extraditado a Estados Unidos y señaló a la esposa de Guzmán, Emma Coronel, de ser su cómplice.

(Foto: Infobae México/Jovani Silva)
(Foto: Infobae México/Jovani Silva)

El Chapo

Le llaman el Chapo por ser por “chaparro” o de baja estatura, pero su leyenda es enorme. Su vida ha sido objeto de películas, series de televisión y reportajes.

Hijo de campesinos pobres, Joaquín Guzmán Loera nació en La Tuna, un pequeño pueblo de Sinaloa, en el noroeste de México. Estudió hasta sexto de primaria y se fue de su casa cuando era un adolescente.

Los órganos de inteligencia afirmas que en los ochentas, el Chapo se unió a las filas del extinto Cártel de Guadalajara, controlado por Miguel Ángel Gallardo, el Padrino.

En 1993, a golpe de talonario, Guzmán fue capturado en la Ciudad de México, pero consiguió escapar tras pagar un soborno, según investigaciones periodísticas. No obstante, tres años más tarde, fue aprehendido en el puente internacional del Talismán, en Guatemala. Las autoridades lo trasladaron a la cárcel de Almoloya de Juárez.

En el juicio del siglo se aseguró que el Chapo consiguió sobornar a decenas de funcionarios para que su estancia en la cárcel fuera lo más cómoda posible y en 2001 escapó de ella. Desde esa fecha hasta 2014, cuando fue detenido por segunda ocasión, el capo de Sinaloa se consolidó como el líder principal de la organización más poderosa de México.

(Foto: Infobae México/Jovani Silva)
(Foto: Infobae México/Jovani Silva)

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