En 2019, el año más violento de la historia reciente, las organizaciones criminales mexicanas se volvieron más pequeñas y sus actividades delictivas se restringieron cada vez más específicas.
Al menos 148 grupos criminales —algunos de ellos afiliados a cárteles más grandes— entraron a las disputas por el control de terrenos en algunas localidades, según muestra un mapeo del Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE) elaborado por el investigador Jorge Roa.
Los datos sugieren que Michoacán, Guerrero, Estado de México y la capital mexicana son los estados que concentran el mayor número de células delictivas, de 20 a 24, de acuerdo con la radiografía de Roa. La mayoría de estos grupos criminales empuñaron la bandera del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Este grupo criminal, liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, tiene presencia en 28 de los 32 estados, quedando fuera Sinaloa —bastión del cártel con el mismo nombre—, Baja California Sur, Durango y Tamaulipas.
La organización sinaloense, bajo el mando de Ismael el Mayo Zambada y los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán, se encuentra en 15 entidades.
Jorge Roa, licenciado en Políticas Públicas e investigador del CIDE, identificó a los grupos criminales a través de pruebas como mantas, cartulinas o reportes periodísticos que hicieran referencia a la presencia del grupo delictivo.
El Cártel de Sinaloa que, según el gobierno estadounidense, sigue siendo el más poderoso del país, cuenta con 11 brazos armados, algunos de ellos conformados por ex miembros de las fuerzas armadas del país.
Cárteles Unidos —una alianza formada por grupos criminales de Sinaloa, los Zetas y el Cártel del Golfo— es una de las células emergente con mayor crecimiento en México.
En su reciente informe la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) advierte que nueve grandes cárteles operan en el país (CJNG, Cártel de Sinaloa, Beltrán Leyva, los Zetas, Cártel del Noreste, Guerreros Unidos, Cártel del Golfo, La Línea, Cártel de Juárez, la Familia Michoacana, Los Rojos). El Cártel Jalisco Nueva Generación —cuyos tentáculos se extienden por todo el país— se encuentra una perversa alianza con otras organizaciones criminales como la Familia Michoacana, asentada en tres estados; el Cártel del Golfo, en 12 y Guerreros Unidos en cuatro.
Con la Familia Michoacana, que se disputa el control del narcotráfico en Michoacán, Estado de México y Guerrero, estaría ampliando sus conexiones a Tierra Caliente. Por su parte, con el Cártel del Golfo, los jaliscienses entrarían al negocio en algunos de los estados del noroeste, Zacatecas, San Luis Potosí y Tamaulipas, donde no han tenido mayor influencia.
Éste grupo criminal, fundado por Osiel Cárdenas Guillén, concentra sus actividades de narcotráfico de heroína y cocaína mediante el transporte de cargas en los Estados Unidos cerca de McAllen y Brownsville, Texas.
Guerreros Unidos, una antigua escisión del cártel de los Beltrán Leyva, se encuentran colaborando con el cártel de las cuatro letras, especialmente en el transporte de droga hacia Estados Unidos. Según la DEA, esta alianza ha generado un alto grado de violencia en la región.
El análisis Evaluación Nacional de la Amenaza de Drogas 2020, advierte que el cártel liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, el “Mencho”, tiene presencia significativa en 23 de los 32 estados. Además, mantiene el control en importantes corredores de droga como la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California y Nuevo Laredo, Tamaulipas.
“La rápida expansión del CJNG y sus actividades de narcotráfico se caracteriza por la voluntad del grupo de participar en actos violentos, enfrentamientos con el gobierno mexicano, fuerzas de seguridad y cárteles rivales”, se lee en el expediente.
La DEA, además, señala que su acérrimo rival, el Cártel de Sinaloa continúa siendo la organización criminal más poderosa del país y la principal amenaza de tráfico de opioides a Estados Unidos.
Actualmente, la organización bajo el mando de Ismael el “Mayo” Zambada y Los Chapitos, hijos de Joaquín el “Chapo” Guzmán, mantiene el control en 15 de las 32 entidades mexicanas, y controla el área de Arizona y California (EEUU), importantes rutas de contrabando hacia los Estados Unidos.
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