Los organismos internacionales como la Interpol advirtieron en diciembre del año pasado: la vacuna COVID-19 será una esperanza y una maldición. Describieron a la sustancia para prevenir el virus como el “oro líquido” del 2021 que ambicionarían todo tipo de criminales.
Este viernes, en Tangancícuaro, Michoacán, un comando armado atacó a tiros una Unidad Móvil de Vacunación contra COVID-19, que era resguardada por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
La agresión se reportó alrededor de las 14:45 horas, en los límites de las comunidades Patamban y Ruiz Cortines, cuando las autoridades locales se disponían a dar atención a los adultos mayores.
De acuerdo con los detalles, personal militar de la 21/a. Zona proporcionaban escolta a funcionarios de Salud y del Bienestar, así como a una ambulancia que trasladaba las dosis rumbo a la localidad de Patamban, cuando fueron baleados por un número indeterminado de sujetos. Tras repeler el ataque, los agresores huyeron a pie.
El envío de vacunas siguió y agentes de la Guardia Nacional se desplegaron para reconocimientos y, de nueva cuenta, fueron agredidos por sujetos que se ocultaban entre la maleza; uno de ellos fue capturado.
Hasta el momento, se desconoce el grupo criminal al que pertenecen los agresores; sin embargo, informes de inteligencia indican que la zona está en disputa territorial entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la Nueva Familia Michoacana y el Cártel de Los Reyes.
Una alerta global de la Interpol, emitida el pasado 2 de diciembre, advertía sobre las posibles actividades delictivas en relación con el suministro de la vacuna COVID-19 en México.
En el documento, la Interpol puntualizó que este año los medicamentos contra el coronavirus serían los principales objetivos del crimen organizado, que buscaría robar las dosis mientras las transportan en carreteras.
Hoy por hoy, las vías no son lugares donde este garantizado el tránsito libre y seguro. El mal estado de las carreteras y la corrupción de policías municipales son ventajas que tienen los grupos criminales frente a quienes trasladan las vacunas.
Las redes delictivas apuntaran aquellas zonas consideradas como “rojas”, por la situación de inseguridad. Ahí, las vacunas circulan masivamente por ser tramos que conectan con varias entidades.
La primera de ellas, la región del Pacífico, donde domina el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG); el noreste del país, donde el Cártel del Golfo mantiene una lucha encarnizada con el Cártel del Noreste; además de la zona de Tierra Caliente, donde miembros de Cárteles Unidos, bloquean y desbloquean caminos a voluntad.
En Michoacán, donde el crimen se desborda para asegurarse tierras y espacio electoral, las autoridades han anunciado un acompañamiento especial de las fuerzas armadas especialmente en los municipios de Aguililla, Apatzingán, Aquila, Buenavista Tomatlán, Churumuco, Parácuaro, Tepalcatepec, Tocumbo, la Huacana y Mújica (Michoacán).
CJNG tras la vacuna
La sombra del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) planea sobre las posibles actividades delictivas en relación a la falsificación y robo de la vacuna COVID-19 en México.
Este cártel, que se caracteriza por su disposición de involucrare en confrontaciones violentas con las fuerzas de seguridad del gobierno mexicano y con sus rivales, está detrás de un decomiso realizado en abril del año pasado.
La Interpol asegura que el crimen organizado apuntará a miembros del público desprevenidos a través de sitios web falsos y curas falsas, lo que podría representar un riesgo significativo para su salud, incluso para sus vidas.
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