Luego de la detención del exsenador Jorge Luis Lavalle Maury -preso en el Reclusorio Norte acusado de asociación delictuosa, cohecho y lavado de dinero-, los otros panistas señalados en los testimonios y acusaciones del ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex) Emilio Lozoya, tienen un miedo auténtico a ser arrestados.
Esto, debido a que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su brazo judicial, la Fiscalía General de la República (FGR), abrieron la temporada de “caza blanquiazul” con miras a impactar las elecciones del próximo 6 de junio.
De acuerdo con el periodista Salvador García Soto, en su columna que escribe en El Universal, el siguiente en la mira sería Roberto Gil Zuarth, quien fue exsecretario particular de Felipe Calderón y poderoso senador durante el sexenio de Enrique Peña Nieto..
El pasado 17 de febrero, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), encabezada por Santiago Nieto, presentó una denuncia ante la Fiscalía Especializada contra Delitos de Corrupción contra Gil Zuarth por manejos financieros irregulares, la cual ya está siendo judicializada y, según fuentes internas de la Fiscalía, ya se solicitó una orden de aprehensión que un juez federal podría librar o negar en cualquier momento, aseguró el periodista.
García Soto detalló que la UIF encontró inconsistencias financieras entre los ingresos y gastos del panista, tras documentar más de 40 millones de pesos en depósitos en efectivo y donativos, así como presuntos gastos de más de 170 millones de pesos en tarjetas, compras y blindaje de vehículos.
La mayor parte de esos gastos e ingresos de Gil Zuarth ocurrieron el periodo entre 2012 y 2018, cuando encabezó la Comisión de Justicia y la presidencia del Senado, y se convirtió en el enlace directo entre los hombres cercanos de Peña Nieto, como Luis Videgaray, Aurelio Nuño y Emilio Gamboa, para negociar y aprobar diversas reformas e iniciativas impulsadas por el gobierno peñista, aseguró el columnista.
“Roberto Gil, quien curiosamente es un solicitado abogado defensor de otros panistas acusados, ahora también está ocupado y preocupado en armar su propia defensa jurídica, política y mediática (porque sabe bien que las denuncias en su contra involucran algo más que acusaciones penales y traen dedicatoria personal), no es el único panista que en estos momentos está nervioso”, escribió García Soto.
“El exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, es otro que ya siente llegar el fuego a los aparejos, pues es cuestión de semanas para que la Comisión Instructora dé a conocer su dictamen sobre la solicitud de Procedencia que presentó la Fiscalía General de la República que, está más que claro, será a favor de eliminarle el fuero y permitir que procedan penalmente en su contra”, señaló.
El periodista apuntó que aunque García Cabeza de Vaca sabe que tiene un colchón de tiempo, en lo que se define la controversia constitucional sobre quién tiene la última palabra en el Juicio de Procedencia en su contra, si la Cámara de Diputados Federal o el Congreso local de Tamaulipas, los nervios le están ganando al gobernador, sobre todo porque siente que algunos de sus amigos de confianza en el PAN lo han traicionado y le están dando la espalda.
“La traición que más molesta e incomoda a Cabeza es la de su gran amigo y compañero en el Senado, Francisco Domínguez, actual gobernador de Querétaro. En Ciudad Victoria están convencidos de que ‘Pancho negoció su asunto con la 4T’ y que incluso el queretano habría hecho algún tipo de pacto o acuerdo con el gobierno federal y con la 4T, para evitar que procedieran en su contra y que le iniciaran un expediente por las acusaciones y señalamientos que Emilio Lozoya le realizó por haber sido uno de los senadores que recibieron sobornos en efectivo a cambio de aprobar la reforma energética de Peña Nieto”, destacó el periodista.
García Soto resaltó que estas sospechas se basan en que, a pesar que en el video filtrado del caso Lozoya en donde funcionarios de Pemex entregan bolsas llenas de dinero en efectivo a dos enviados del Senado, uno era Rafael Caraveo, exoperador cercano del senador priista Emilio Gamboa y del panista Jorge Luis Lavalle, mientras que el otro era Guillermo Gutiérrez Badillo, que en el 2015 era el secretario particular del senador Francisco Domínguez Servién, pero ni siquiera fue citado o investigado por la FGR.
“¿Por qué al secretario particular de Pancho Domínguez, que aparece claramente en el video recibiendo y acomodando los fajos de billetes en la bolsa que le entregaron en Pemex nunca lo llamaron oficialmente a declarar? ¿Por qué, mientras a otros panistas como “Pachita” Lavalle, Gil Zuarth, Ricardo Anaya o el propio Cabeza de Vaca les abrieron expedientes que ya están siendo judicializados, al gobernador de Querétaro ni siquiera lo han vuelto a mencionar, mucho menos a investigar? Son las preguntas que se hacen en Tamaulipas donde acusan ‘traición’ de quien consideraban su amigo y casi hermano”, resaltó.
García Soto terminó su columna señalando que un buen indicador del nerviosismo panista ocurrió el pasado martes durante una comida entre Ricardo Anaya y Francisco García Cabeza de Vaca, en el restaurante Estoril de Polanco, reunión que empezó pasadas las 3 de la tarde y seguía pasadas las 6 pm. Destacó que aunque pocos los vieron entrar porque lo hicieron por un acceso privado, la presencia de entre 15 y 20 guardias armados y por lo menos 5 camionetas blindadas que acompañaban al gobernador tamaulipeco, delató su presencia. ¿Del tamaño de la seguridad es el miedo azul o es pura precaución?, finalizó.
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