Las bandas colombianas que operan con la modalidad “gota a gota” llegaron a una especie de “acuerdo” con el cártel de la Unión Tepito para poder operar en el centro de la capital mexicana.
De acuerdo con una investigación de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), citada por el periódico Milenio, esta red de colombianos —que también opera en otros países de América Latina— mantiene un estrecho vínculo con la mafia que controla las extorsiones, narcomenudeo, cobro de piso y los asesinatos en la alcaldía Cuauhtémoc.
El informe señala que al menos dos células de La Unión Tepito tienen nexos con la red sudamericana. Una es la encabezada por Dilan Alexis Alvarado Chávez, El Dilan, quien opera en casi toda la alcaldía Cuauhtémoc, según las autoridades. La otra es la dirigida por Lalo Ramírez Tiburcio, El Chori, que opera principalmente en la calle Manuel Doblado y lo vinculan con extorsión, cobro de piso, secuestro exprés, narcomenudeo y homicidio.
La red de prestamistas estaría integrada por colombianos que llegaron a México como turistas y desde 2015 empezaron a entregar tarjetas en mercados y pequeños comercios de la Ciudad de México y el Estado de México.
Se estima que esta red presta dinero a pequeños comerciantes y vendedores ambulantes en un esquema conocido como “gota a gota”, que consiste en otorgar préstamos sin condiciones, pero con la exigencia de pagarlo diariamente durante 20 días y con intereses altísimos.
Los préstamos suelen ser en efectivo, rápidos, y se otorgan en menos de dos horas. El único requisito es tener un comercio y proporcionar una credencial de elector.
Los trabajos de inteligencia tanto en Argentina, como en México y Colombia establecieron que el “negocio”, que muy posiblemente termina en el tributo a alguna banda narco, comienza con los ‘volanteros’, que se encargan de repartir las tarjetas, ofreciendo los créditos sin garantías. De la red también forma parte el denominado “administrador”, que se encarga de recibir las llamadas y por lo general atiende personalmente al cliente. Los sicarios que recolectan el dinero adeudado más intereses se desplazan en moto.
Los “jefes de seguridad”, por su parte, están a cargo del sistema de cobranzas bajo presión cuando alguna de las víctimas no puede pagar la deuda contraída. Su especialidad, las amenazas y la violencia armada.
Si la persona se retrasa con el pago, los prestamistas se llevan parte de su mercancía, golpean a los deudores e incluso amenazan a sus familiares.
Los afectados no pueden interponer una denuncia porque el préstamo se hace de palabra, y las autoridades mexicanas consideran este tipo de préstamos como una forma de lavar dinero.
Esta red opera en las delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Miguel Hidalgo, Benito Juárez e Iztapalapa, y en la zonas centro, Tepito y La Merced, donde hay comercio ambulante. También operan en 22 estados del centro y sur del país, aunque se han registrado casos en Baja California.
Autoridades mexicanas advirtieron que se trata de un un sistema desarrollado por narcotraficantes colombianos y genera ganancias de hasta 100 millones de pesos a la semana (unos 5 millones de dólares), ya que, incluso, llegan a recuperar entre tres o cuatro veces la cantidad prestada.
En otros países han lanzado campañas para prevenir a la ciudadanía de ser víctimas de redes de prestamistas.
En 2016 el Ministerio de Perú promovió “No prestes tu vida”, para advertir del negocio Gota a Gota que tiene presencia en 97 ciudades de ese país. Autoridades del Consejo de Seguridad de Colombia dijeron en 2016 que el cobro Gota a Gota contribuyó al aumento de delincuencia y homicidios en las comunas de la ciudad.
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