Una herramienta que se ha vuelto fundamental para la ejecución del trabajo, estudio y esparcimiento es el internet. Ahora, desde adultos hasta lo más pequeños tienen acceso a innumerables contenidos que no siempre son del todo sanos y seguros.
De acuerdo con la Revista del Consumidor, el grooming se da cuando personas adultas se ganan la confianza o establecen algún tipo de relación con una niña, niño o adolescente a través de internet. Esta actividad se emplea mediante aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales, correo electrónico, entre otras plataformas con el objetivo de obtener algún producto (imágenes o videos) con una connotación sexual.
Dicho contenido es usado para el consumo de pederastas o en redes de abuso sexual a menores, indicó un artículo elaborado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Toda comienza cuando se hace la búsqueda y el contacto del niño o niña, posteriormente, se investiga acerca de los gustos o intereses, así como la información personal y familiar a fin de establecer una relación de confianza con la víctima.
El siguiente paso es pedir al infante fotografías o videos comprometedores y, finalmente, mediante técnicas de persuasión y chantaje, obligan a proporcionar más contenido pornográfico, amenazándolo con difundir la información obtenida a través de diferentes medios y/o enviarlas a conocidos del menor.
Aún más alarmante es que dichas personas pueden llegar a solicitar encuentros físicos para abusar sexualmente de la víctima.
<b>La Profeco recomienda las siguientes medidas para prevenir el </b><i><b>grooming:</b></i>
- Usar herramientas de control parental que permitan bloquear, controlar o limitar el uso de aplicaciones y/o contenidos en internet.
- Configurar las opciones de seguridad de las redes sociales, juegos en línea o blogs que utilicen niñas, niños y adolescentes.
- Vigilar las redes sociales que utiliza y con quién se comunica.
- Realizar un seguimiento de sus hábitos del uso del internet.
Por otro lado, aunque las medidas de distanciamiento social implementadas para mitigar la propagación de la enfermedad de COVID-19 han evitado el contacto físico entre menores en las escuelas, el acoso no ha dejado de presentarse en los ambientes académicos.
En este contexto, la Procuraduría Federal del Consumidor define al ciberacoso como la práctica de amenazar, humillar, molestar, acosar, abusar o avergonzar a un niño, niña o adolescente a través de medios digitales como correo electrónico, mensajes de texto y o audiovisuales, interacción en redes sociales, videollamadas, entre otros.
“Es importante distinguir que para que exista ciberacoso en menores, se debe dar entre dos iguales, es decir, el niño, niña o adolescente y el acosador son de edades similares, pues de lo contrario sería grooming”, detalló la dependencia federal.
El ciberacoso puede afectar a los menores desde la esfera emocional hasta el suicidio, por ello, es importante poner atención en lo que están viviendo los pequeños y actuar cuanto antes.
- Identifica comportamientos o estados de ánimo que no sean habituales en un menor: ansiedad, temor, agresividad o aislamiento.
- Ten comunicación constante con los menores que están cerca de ti.
- Crea un círculo de confianza y hazle saber que no es el culpable de esa situación.
- Hazle entender que hay personas que pueden ayudarle.
Un ejemplo de esta práctica es cuando el menor recibe mensajes hirientes, ofensivos o con burlas, amenazas o insultos a través de internet. También se observa en la publicación de fotos y videos de situaciones humillantes o comprometedoras con el fin de hacer daño; asimismo, cuando se expone su información personal o reciben críticas en línea debido a su apariencia o clase social.
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