Juan José Bernabé Ramírez, un mexicano condenado en Estados Unidos por su participación en el secuestro y asesinato del agente especial de la Administración de Control de Drogas (DEA), Enrique “Kiki” Camarena, y al menos seis estadounidenses más, fue expulsado de la unión americana tras su cumplir su sentencia, informaron este viernes las autoridades federales.
Bernabé Ramírez, de 62 años, ciudadano mexicano, fue entregado a funcionarios de inmigración mexicanos en la frontera internacional de El Paso, en Texas, este miércoles, indicó en un comunicado el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Sin embargo para Héctor Berrellez, ex agente de la DEA, quien participó en la captura de Bernabé Ramírez, es una sorpresa que le causó indignación.
Berrellez, quien nació en Estados Unidos y durante 30 años fue agente de la dependencia contra el narco, explicó que al narco, quien ahora está en México, le gustaba torturar por mandato del cártel de Guadalajara en esa época, pero no sólo estuvo involucrado en la muerte de Enrique “Kiki” Camarena, también en 1984 estuvo detrás del secuestro y asesinato de al menos siete americanos, cuatro Testigos de Jehová y dos más en La Langosta, el restaurante que le pertenecía al famoso narco Rafael Caro Quintero.
“Yo me enfoqué en investigarlo porque quería vengar a las víctimas, en especial la muerte de los Testigos de Jehová. A Bernabé Ramírez personalmente le gustaba torturar, a las mujeres él mismo les pasó una piola (cuerda delgada de metal) por las partes íntimas hasta que sangraran, las cercenaron mientras vivían, mientras sangraban las asesinaron”, recordó Berrellez al portal de Milenio.
Bernabé Ramírez ingresó a Estados unidos el 20 de julio de 1989 por el aeropuerto de Los Ángeles con una visa de turista. Una semana después, el 27 de julio de 1989, agentes de la DEA lo arrestaron por su participación en el secuestro y asesinato de Camarena, el 7 de febrero de 1985 en Guadalajara, en México.
“Es una persona malísima, sanguinario. Hice el papel encubierto de un narco y pedí que me lo trajeran con la excusa de que quería que matara a otro agente federal. Durante el tiempo que estuve tomando tequila a su lado en Los Ángeles me dijo que él mismo lo había secuestrado y torturado (a Camarena y a las otras víctimas). Todo eso fue grabado y fue evidencia en el juicio, yo personalmente lo arresté, yo sé quién es él, le sacaron cabello para analizarlo y resultó compatible con el hallado en la escena del crimen de Camarena, me confirmó el agente Malone”, abundó en el agente federal.
Bernabé Ramírez fue hallado culpable de varios delitos relacionados con la muerte de Camarena el 30 de julio de 1990, y el juez angelino lo condenó a cadena perpetua.
Por varios años Bernabé Ramírez buscó apelar la sentencia. En un último intento sometió en 2019 una petición para firmar una declaración de culpabilidad.
“Estoy molesto, porque están soltando a un asesino, a un perro malo que sólo sabe matar. Arriesgué mi vida para lograr que él me confesara todos los asesinatos. Él se estaba burlando mientras me contaba (cómo asesinaron a Camarena), se reía de cómo lo torturaron, sus tehuacanes (práctica de tortura donde aplican agua mineral por la nariz). Estoy enojado con autoridades americanas, con la DEA y a las autoridades de México, ¿por qué no protestan?, porque él es un asesino que sólo sabe matar”, opinó de forma tajante Berrellez.
El 17 de diciembre de 2020 una corte del Distrito Central de California aceptó rescindir la cadena perpetua y aceptar los 30 años que había pasado en la cárcel como una sentencia cumplida.
Bernabé Ramírez estaba en la mira de las autoridades de inmigración desde la década de los noventa. En el comunicado, ICE destacó que el mexicano es considerado una amenaza para la seguridad pública debido a sus condenas penales. (Con información parcial de EFE)
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