Josefina Sánchez agradece a la Virgen de Guadalupe el haber librado la batalla contra el COVID-19. Socorro Hernández le pide a esta figura por el eterno descanso de su hermana, fallecida por neumonía. Edgar García le pide a la “Virgencita” que su madre, quien se encuentra hospitalizada, se recupere pronto. Sus peticiones se encuentran entre las miles de plegarias colocadas en un memorial montado en la icónica Basílica de Guadalupe, localizada en la Ciudad de México.
Al frente hacia la izquierda de la entrada del legendario templo guadalupano se encuentra un monumento de San Juan Pablo II, el papa que falleció en el año 2005 y fue canonizado en el 2013. Un personaje especialmente querido por los mexicanos quienes le rezan por su intercesión ante los milagros que anhelan. Entonces no es de extrañar que precisamente alrededor de su escultura se haya levantado un memorial para las personas que han fallecido, los enfermos o por cualquier causa que adolezca o llene de agradecimiento a los feligreses.
Por ejemplo, Estela Trujillo quien se reconoció como una fiel creyente del “Papa viajero”. “La vine a poner una vela para que (el Papa) me ayude con mi pie”, dijo la señora de 65 años explicando que hace tiempo empezó con dolores en esa extremidad y asegura que se le quitaron tras tener contacto con la estatua del Papa Juan Pablo II. “Lo que importa es la fe que tenga uno en el santito al que le está pidiendo”, afirmó.
Así, cientos de veladoras y miles de papeletas con mensajes colgadas en una especie de tendederos–podrían ser unas 3.000, 4.000 o 5.000– han sido colocadas desde el pasado mes de febrero en esa zona de la Basílica de Guadalupe, por los fervientes creyentes que acuden al recinto. Por 15 pesos (poco más de un dólar) lo asistentes pueden adquirir una vela y un papel blanco para dejar sus súplicas.
Como Alicia Vega, una mujer de la tercera edad que fue a dejar una veladora para su esposo fallecido hace casi un año a causa de sus problemas de alcoholismo. Su petición es el descanso en paz de su difunto marido.
Los más de 200.000 muertos en el último año en México, a causa del COVID-19, fue la razón que impulsó la instalación de este memorial. También es uno de los motivos más sonados entre los rezos de las personas que han acudido.
Tal es el caso de Josefina Sánchez. Ella prendió un cirio para todos sus difuntos. Pero también agradeció con ese detalle que libró la batalla contra el SARS-CoV-2. “Dar gracias porque ya estoy bien, ya lo platico. Pido también por mis hermanos que estuvieron enfermos, ya salieron de eso. Mi hijo también, mi nieta que ya se nos moría, gracias a Dios ya está bien”, contó a Infobae México con un ánimo desbordante.
Para esta mujer de 74 años de edad, la devoción a la Virgen de Guadalupe es un asunto de herencia familiar. Y es que su madre era una fiel creyente de “Lupita”, como cariñosamente le llamaba, y se lo inculcó a toda su descendencia.
Socorro Hernández colocó una veladora en memoria de su hermana Esther, quien acaba de fallecer a causa de una neumonía, “pero no del virus”, aclaró, “le pegó una gripa”, agregó con la firme intención de dejar claro que el deceso no fue a causa de la epidemia. “Que cuide el espíritu de mi hermana y la ayude a llegar con Dios”, es el objetivo de la ofrenda que la ama de casa de 71 años dejó.
En punto de las 12 del mediodía un sacerdote de la Basílica acude a este pequeño santuario a bendecir todas las súplicas ahí depositadas. Empieza con una oración y transcurridos algunos minutos, vierte con el hisopo, sobre los papeles y las veladoras, el agua bendita contenida en el acetre que un ayudante le sostiene.
Entre esos rezos también se encontraba el de Edgar García, quien pidió por su mamá que se encuentra hospitalizada. “Vengo a pedirle a la Virgencita que todo salga bien”, dijo el hombre de 38 años. Una obstrucción en una vena no permite que llegue suficiente sangre al cerebro de su madre, lo que ya le provocó un derrame, aunque leve.
Este 7 abril, según contó a Infobae el personal del templo, se tenía prevista la recolección de todas las plegarias –las hechas por escrito en los papeles– para ponerlas dentro de una urna que sería colocada dentro de la Basílica, en el altar mayor. Mientras que este viernes 8 tiene lugar una misa en la que se pide por todas esas oraciones.
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