En una escalada más de violencia en Sonora, presuntos miembros de cárteles del narcotráfico ejecutaron y abandonaron los cuerpos de cinco hombres en la carretera de Sonoyta, un sexto de ellos se hizo pasar por muerto para salvar la vida y el resto ya estaban sin signos vitales, maniatados y con balas en la cabeza.
Presuntamente, los autores del crimen fueron miembros del Cártel de Sinaloa y las víctimas habrían colaborado con el Cártel Caborca, grupo criminal que dirigen Rafael Caro Quintero, el Narco de narcos, y sus sobrinos. Aunque en los últimos cuatro meses no se habían tenido más indicios de la disputa, todo indica que ha vuelto a resurgir la guerra.
De acuerdo con medios locales, las autoridades reportaron el hallazgo de los seis hombres alrededor de las 05:45 horas. Se detalló que uno de ellos estaba herido de bala y los otros ya habían sido ejecutados.
El punto de la localización fue sobre el carril de circulación de Sur a Norte en el tramo que va de Caborca a Sonoyta, entre el kilómetro 112 y 114, aproximadamente. Ahí se encontraban los cuerpos con signos de violencia, medio desnudos, atados de pies y manos y con cobijas. Al lado de ellos había dos cartulinas con narcomensajes.
Policías municipales actuaron como primeros respondientes, pero pronto arribaron agentes de la Secretaría de la Defensa Nacional y elementos de la Cruz Roja, quienes brindaron auxilio al sujeto convaleciente y se encargaron de que fuera trasladado al hospital para su atención médica.
“Aki Esta tu apoyo pinchi tiko culoN Balen verg* tu y tu Lemo nuñes grasias por los tostones par de jotos culones (sic)”, indicaba una de las cartulinas, probablemente, en referencia al decomiso de dos rifles Barret Calibre 50. “Los que apoyen a estos jotos chochis y abelillos grasias por todos los ekipos ay si los ocupan cobrenselos al cochi k se los pague”, reiteraba otro narcomensaje sobre el botín de guerra, supuestamente aludiendo a fusiles.
En los textos estaría nombrado Ramon Quintero Páez, el Tiko, supuesto familiar de Caro Quintero. Así como Jesús Darío Murrieta Navarro, alias Cara de Cochi, que a su vez tiene vínculos con los sobrinos del Narco de narcos, entre ellos el cabecilla, Rodrigo Páez Quintero, el R.
Rafael Caro Quintero volvió al negocio criminal desde Sonora apoyado por la Barredora 24/7 y Los Páez; pero alrededor de septiembre del año pasado se intensificó una disputa entre consanguíneos del experimentado capo contra los vástagos de quien fuera líder del Cártel de Sinaloa. Pese a los esfuerzos del Narco de narcos por apaciguar el enfrentamiento, ahora se vuelven a mostrar señales de que la batalla continúa, cuando menos entre operadores.
Los Chapitos, hijos de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, quieren mantener la hegemonía del imperio criminal que les ha sido heredado; aún a costa de enfrentarse contra el máximo líder de la organización, Ismael Zambada García, el Mayo; y haciendo frente a cualquiera que intervenga en sus rutas de trasiego, así se trate de un viejo capo como Rafael Caro Quintero, quien fue liberado en 2013 tras 28 años preso, para operar desde el desierto sonorense.
De acuerdo con informes de medios locales, la batalla fue atizada por José Crispín Salazar Zamorano, líder actual de Los Salazar, grupo criminal asociado a los Chapitos. Supuestamente, el conflicto estaría a nivel local contras Los Páez y sobrinos de Caro Quintero, tal como ellos mismos lo indicaron en videos difundidos por redes sociales.
Y los brazos armados han tenido que responder para proteger intereses de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, el Chapito, así como de sus hermanos, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Alfredillo, y Ovidio Guzmán López.
De ahí que se sumó otra célula conocida como Durangos/Cazadores, liderados por José Bibiano Cabrera Cabrera, alias el Durango. Este último, además, fue ligado con operaciones al frente del Grupo Delta en Altar, Sonora. Otro supuesto líder de importancia sería El Cazador o Noveno.
Además de las amenazas a familiares del Narco de narcos, también se menciona a Adelmo Núñez Molina, conocido como Lemo Núñez. Este viejo capo es ubicado como responsable de una ola violenta en el municipio de Choix, Sinaloa, al menos desde la última década. Cabe destacar que Lemo Núñez es leal a Rafael Caro Quintero.
Sonora, dada su ubicación geográfica como estado fronterizo con Estados Unidos, hace crecer el interés de las organizaciones criminales que buscan el control de trasiego de drogas. Además de la disputa por las rutas de la droga, la cruenta “narco guerra” que actualmente protagonizan ambos grupos criminales, tiene como epicentro el control de un extenso territorio donde se asienta una gran veta de oro que actualmente es propiedad de ejidatarios.
Para 2020, los homicidios dolosos en Sonora fueron 1,329; un año antes se registraron 1,062, pero en 2018 apenas fueron 745, un incremento apenas perceptible con los 727 asesinatos de 2017. Esto muestra que se ha registrado un incremento progresivo de asesinatos en los últimos tres años, de acuerdo con datos oficiales.
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