A cinco días de la masacre en Aguililla, Michoacán (al centro oeste de México), el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) apareció en un video recorriendo las calles de dicho municipio, presumiendo su poder de fuego con camiones monstruos.
Los vehículos de blindaje artesanal fueron exhibidos a plena luz del día, lo que retrata el nivel de tensión que viven los habitantes de la región localizada en los límites de Michoacán, Jalisco y Colima y a 250 kilómetros de una base del Ejército y la Guardia Nacional.
“Mi jente de bien, ay que tener precaución, están callendo balas en las casas de lámina, ay que resguardarse y que dios nos proteja a todos (sic)”, escribió un habitante a través de Facebook.
En redes sociales, los pobladores de Tierra Caliente denunciaron que en los últimos días los ataques se han intensificado por la guerra entre Cárteles Unidos y Jalisco Nueva Generación. Justo hace cinco días, se dio una batalla que dejó como saldo al menos ocho cuerpos decapitados.
Según información extraoficial, las víctimas pertenecían a Cárteles Unidos, una alianza de grupos criminales michoacanos liderados presuntamente por Juan José Farías, el Abuelo.
Cuentas relacionadas con denuncias ciudadanas han advertido que se viene una temporada de robo de vehículos, debido a que los miembros de Cárteles Unidos se han quedado sin camiones monstruos. El pasado 4 de marzo se hicieron virales imágenes de supuestos sicarios del CJNG, quienes presumieron el arrebato de dos de éstas unidades a sus rivales.
En lo alto de ellos, seis hombres y una mujer se dejan ver a cara descubierta con fusiles AK-47 y R-15. Desde lo alto se identificaban como “pura gente del Mencho”, (Nemesio Oseguera Cervantes).
Desde hace dos años el CJNG trata de capturar a Juan José Farías, ex líder de las autodefensas en Michoacán. De acuerdo con los informes del gobierno, estos grupos de civiles armados se unieron a la célula delictiva de Los Viagras.
El gobernador de la entidad, Silvano Aureoles, explica la violencia en la región como el acoso de células delincuenciales que operan del lado de Jalisco (al oeste del país), pero que quieren entrar en disputa con algunos actores o personajes de los municipios vecinos.
El límite entre Jalisco y Michoacán es considerado como la zona cero del narcotráfico en el centro del país. La zona —con una extensión de 563 kilómetros— es identificada por el fenómeno de “pueblos fantasmas”, pues muchos de los que nacen ahí abandonan el sitio, debido a la violencia desatada por la delincuencia y la falta de oportunidades para los jóvenes.
Unas de ellas, las comunidades El Charapo y El Limoncito, donde ya hay escasez de comida, pues el camión que surtía de alimentos a esa zona fue robado y quemado en los bloqueos carreteros que tuvieron lugar en días pasados entre Buenavista y Apatzingán.
Los pobladores se han visto obligados a abandonar sus domicilios, mientras los criminales siguen sin ceder en una guerra que parece no tener fin y en medio de la cual están los habitantes de Aguililla.
Pequeñas bandas de sicarios como Los Viagras han pasado de vender su artillería al mejor postor a erigirse ellos mismos en un poder autónomo. Mientras el CJNG se ha apoderado de varios municipios que anteriormente estaban controlados por la Familia Michoacana.
SEGUIR LEYENDO: