¿Por qué AMLO sí debería de vacunarse contra el COVID-19?

Los estudios más recientes recalcan que todavía no hay claridad en cuanto a la respuesta inmune que ocurre después de una infección por COVID-19.

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El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional, en Ciudad de México (México). EFE/Sáshenka Gutiérrez/Archivo
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional, en Ciudad de México (México). EFE/Sáshenka Gutiérrez/Archivo

A casi dos meses de su retorno a las conferencias matutinas después de su contagio del virus pandémico SARS-CoV-2, el presidente mexicano declaró que todavía no se aplicará la vacuna contra la COVID-19 pues cuenta con anticuerpos que lo protejan de la enfermedad.

El anuncio causó revuelo en redes sociales, puesto que una indicación general por parte de las autoridades sanitarias a cargo de controlar la pandemia es que las personas que contrajeron la enfermedad, igualmente tienen que recibir la vacuna.

Sin embargo, el presidente declaró que, según los médicos que lo atendieron durante su convalecencia de dos semanas, todavía puede pasar unos dos meses sin recibir la vacuna. El mandatario señaló que esto le parece mucho tiempo y que revisarán el lapso de espera para que se coloque la vacuna, sin embargo, por el momento no se aplicará la inyección.

(Foto: Twitter @lopezobrador_)
(Foto: Twitter @lopezobrador_)

En un artículo científico publicado por científicos de China, Reino Unido, Estados Unidos e Italia, se habla acerca de las dificultades para inducir una respuesta inmune efectiva mediante la vacuna en algunos pacientes después de que estos fueron contagiados por la COVID-19. Las preocupaciones surgieron debido a los casos de personas que, después de haber sido dadas de alta de los hospitales, sufrieron recaídas o continuaron con resultados positivos en sus pruebas de COVID-19.

El escenario en el que una infección previa del virus SARS-CoV-2 puede dificultar la generación de una respuesta inmune que garantice protección contra una reinfección es, según describen los científicos, aquel en el que el o la paciente sufrió una inflamación severa de sus pulmones. Sin embargo, por lo comentado en sus conferencias matutinas, este no fue el caso del presidente mexicano.

De hecho, el mismo mandatario comentó el día de hoy que, en un primer momento, los doctores que consultó le indicaron que sí era candidato a aplicarse la vacuna para reforzar su respuesta inmune. Sin embargo, tras pedir una segunda opinión de los médicos que lo atendieron durante su convalecencia, el presidente decidió postergar por el momento su vacunación.

Un trabajador de salud se prepara para vacunar a un anciano con una dosis de la vacuna Sinovac Biotech de China contra la enfermedad del coronavirus (COVID-19) durante el programa de vacunación masiva para ancianos en Ciudad de México, México, 25 de marzo de 2021. REUTERS / Edgard Garrido/ Foto de archivo
Un trabajador de salud se prepara para vacunar a un anciano con una dosis de la vacuna Sinovac Biotech de China contra la enfermedad del coronavirus (COVID-19) durante el programa de vacunación masiva para ancianos en Ciudad de México, México, 25 de marzo de 2021. REUTERS / Edgard Garrido/ Foto de archivo

Los estudios más recientes sobre la respuesta inmune que ocurre en el cuerpo después de enfermarse de la COVID-19 indican que todavía no hay una respuesta clara respecto a cuánto durará esta protección.

Lo que sí se encontró es que la protección en contra del SARS-CoV-2 que ocurre como consecuencia de un contagio, puede variar de paciente en paciente. De hecho, en un ensayo realizado con 164 pacientes que se recuperaron de la enfermedad y a las que se les hicieron pruebas de sangre periódicas par evaluar su respuesta inmune, se encontró que un 12% no desarrollaron suficientes anticuerpos para protegerse de la enfermedad.

Según los hallazgos de dicho estudio, las personas que sufrieron de una enfermedad especialmente aguda, son aquellas que también presentaron una respuesta inmune más fuerte y que tiene indicios de ser duradera. Sin embargo, los mismos estudios también aclaran que no hay claridad en cuanto a cuánto tiempo podría llegar a durar la protección ni si será igual de efectiva en contra de las nuevas cepas de la COVID-19 que han surgido en varias partes del mundo.

Fotografía cedida este martes, por la presidencia de México, del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante una rueda de prensa en Palacio Nacional de la Ciudad de México. EFE/Presidencia de México/SOLO USO EDITORIAL/ SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)
Fotografía cedida este martes, por la presidencia de México, del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante una rueda de prensa en Palacio Nacional de la Ciudad de México. EFE/Presidencia de México/SOLO USO EDITORIAL/ SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

En un estudio significativamente más pequeño (15 pacientes recuperados) que se concentró en casos moderados o leves de la enfermedad, se encontró que sí hay una memoria del sistema inmune que dura al menos 3 meses. Sin embargo, los resultados del ensayo fueron publicados en noviembre del 2020, mientras que los más recientes tienen fecha del 23 de marzo del 2021.

El mismo artículo aclara que las limitaciones de estos ensayos tempranos impiden establecer que la protección durará más de tres meses para las personas con casos leves de la enfermedad.

En todo caso, según lo comentado durante sus conferencias matutinas, la enfermedad del presidente mexicano, pese a sufrir de hipertensión y pertenecer a un grupo de riesgo por su edad, no fue especialmente grave. Por lo tanto, aumentan las posibilidades de que los anticuerpos desarrollados por Andrés Manuel López Obrador no le garanticen una protección duradera y que requiera un refuerzo que sólo le puede dar la vacunación contra la enfermedad.

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