Washington ha colocado en el centro de su diana a la organización criminal más importante y poderosa del mundo: el Cártel de Sinaloa que, según los informes de inteligencia, es el grupo delictivo con más capos extraditados a Estados Unidos.
Datos de la Fiscalía General República (FGR) indican que al menos 10 presuntos narcotraficantes han sido entregados en el presente sexenio al gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden.
Entre ellos se encuentra José Sánchez Villalobos, el Señor de los Túneles, quien fue identificado como operador financiero de Joaquín el Chapo Guzmán.
Ismael Zambada Imperial, hijo de Ismael el Mayo Zambada, es otro de de los capos extraditados a EEUU. Su entrega ocurrió el 19 de diciembre de 2019. También conocido como Mayito Gordo, está acusado de conspirar para importar y distribuir metanfetamina, cocaína, heroína y marihuana.
Mientras las extradiciones suceden, Estados Unidos ha marcado a México sus prioridades por la entrega de un veterano líder de la organización: Rafael Caro Quintero.
El principal objetivo, un capo de Sinaloa
Rafael Caro Quintero, el Narco de narcos, perdió la semana pasada su última batalla legal. El pasado viernes, al fundador del extinto Cártel de Guadalajara le fue negado el amparo con el que pretendía frenar su extradición a EEUU, que lo busca por el asesinato en 1985 del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena.
La decisión se trata de una mayoría de votos del Primer Tribunal Colegiado Penal en la Ciudad de México, presidida por el magistrado Juan José Olvera López, quien aseguró que la ejecución del agente encubierto no es un crimen que sea juzgado en México.
Caro Quintero defendió su causa aseverando que en México ya había sido juzgado por este delito e incluso sentenciado. Argumentó que con su entrega a EEUU se estaría violando el principio de que nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos.
El magistrado Horacio Hernández Orozco apoyó el argumento y señaló que la acusación de EEUU es a misma por la que ya fue sentenciado en el país.
El Narco de narcos enfrenta ocho cargos, de los cuales cuatro están relacionados con la comisión de delitos violentos para asistir al crimen organizado y uno de asociación delictuosa.
Al líder del Cártel de Sinaloa también le han fincado cargos por el secuestro de un agente federal y por el homicidio grave de un agente federal.
En caso de que Caro Quintero sea capturado en México, su extradición sólo podría ser autorizada si Estados Unidos se compromete a no aplicar la pena de muerte, castigo que es legal para quienes cometen homicidios con ciudadanos de este país.
En 1987, la corte Federal del Distrito Central de California (Los Ángeles, EEUU) liberó una orden de aprehensión contra el Narco de narcos.
El pasado mes de noviembre, el gobierno de Estados Unidos ubicó a Rafael Caro Quintero como su principal objetivo: bajó del primer lugar de su lista de los diez fugitivos más buscados a Nemesio Oseguera, el “Mencho” —líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)— y colocó en su lugar al “Narco de Narcos”.
Caro Quintero o “Rafail” —como es conocido en Badiraguato (Sinaloa), según el semanario Río Doce— tiene una cita en EEUU a la que no quiere ir. Hace 35 años, el capo fue aprehendido por la tortura y asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena. Como se sabe, pasó 28 años en una prisión mexicana, hasta el 8 de agosto de 2013 cuando fue liberado gracias a un amparo firmado por un Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito del Estado de Jalisco.
Ese día, Caro abordó una camioneta oscura y desapareció. Aunque pronto ofreció una entrevista y mandó a decir que “quería vivir en paz”, el “Narco de narcos” habría enviado fuertes señales de su regreso al hampa de México.
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