De 27 años de edad, Priscila Juárez Enriquez fue hallada sin vida en un predio cerca de la Carretera 26 en Hermosillo: familiares habían reportado la desaparición desde el 22 de marzo. Su cuerpo registraba signos de tortura y violencia.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora investiga el crimen bajo el protocolo de feminicidio. Personal de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC) de la dependencia localizaron el cadáver de Juárez Enriquez, el cual también fue identificado por integrantes de su familia, quienes reconocieron sus tatuajes.
No obstante, el Laboratorio de Inteligencia Científica Forense (CIF) falta por confirmar los resultados de ADN.
De acuerdo con la denuncia a las autoridades, reportaron medios locales, Priscila Juárez Enriquez salió de su hogar el sábado 20 de marzo para asistir a una fiesta en la zona centro de Hermosillo. Después, presuntamente acudió a otra fiesta al norte de la ciudad.
El último contacto que tuvo con sus familiares fue el domingo alrededor de las 06:00 horas, cuando les afirmó que iba en camino a su domicilio, ubicado en la colonia Arco Iris. Nunca llegó.
“Llamó a las 06:00 de la mañana del domingo para decir que ahí venía, que la esperáramos, pero ya no regresó. Ni sus amigas ni nadie nos ha dicho nada”, dijo uno de sus parientes a Expreso. Según el medio, la víctima dejó a su bebé de cinco años con su familia.
El hallazgo de Priscila también fue confirmado por el colectivo Madres Buscadoras de Sonora. “Nos unimos a la pena que embarga a la familia de Priscila Juárez al ser localizada lamentablemente sin vida, el día de hoy por la agencia especializada de AMIC, una familia ya tendrá paz, la paz que alguien les arrebato”, publicaron a través de su cuenta de Facebook.
El pasado 16 de marzo, tres cadáveres, en un estado avanzado de descomposición, fueron hallados por el colectivo Madres Buscadoras de Sonora en un camino de terracería en la frontera de Nogales con Arizona, Estados Unidos.
La Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) realizó el levantamiento de los cuerpos para analizar su ADN e identificarlos.
Los restos fueron encontrados en tres fosas clandestinas, localizadas en un predio a dos kilómetros de distancia del recinto fiscal, en las inmediaciones del Camino Real de Terracería Nogales-Sáric. El colectivo, al momento del descubrimiento, alertaron a las autoridades a través del número telefónico de emergencias 911.
Agentes municipales y de la Fiscalía de Sonora arribaron para seguir con las indagatorias y llevar a cabo el proceso de levantamiento de los cuerpos.
“Servicios periciales de la FGJE fue el encargado de despejar el sitio para poner al descubierto los restos óseos y realizar su levantamiento, de ninguno de los cuerpos se pudo determinar sus características físicas, sexo o edad, por el avanzado estado de descomposición”, señaló la dependencia, según La Jornada.
La FGJE, a través de un comunicado, especificó que las víctimas no pudieron ser identificadas por el nivel de descomposición de sus cuerpos. Por otro lado, uno de los cadáveres vestía un suéter, calcetines, un cinturón color negro, y un pantalón de mezclilla azul.
El grupo Madres Buscadoras de Sonora declaró que llegaron al lugar del hallazgo tras una denuncia anónima reportada al número de celular del colectivo. La llamada alertó sobre el camino de terracería que lleva a distintas rancherías en el sector Antenas, ubicado entre Casa Blanca y Coloso, en la frontera con EEUU.
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